Queridos Gerardo, Mario, Ricardo y Ricardito:
Creo sinceramente que hay que terminar con la lamentable disputa pública y mantener la unidad parlamentaria que hemos logrado para cumplir fielmente las promesa electorales, al mismo tiempo les reitero mi voluntad inquebrantable para lograr en el 2011 una unidad seria, republicana, de desarrollo y de justicia para toda la Argentina, y en eso voy a trabajar hasta el último día de mi vida.
Pero no deseo, ni puedo, ni sirvo para tapar bajo la alfombra las grandes complicidades que en el proceso de destrucción de la Argentina han tenido actores concretos,
tanto del peronismo como del radicalismo, como de terceras fuerzas que quedaron fagocitadas.
No estoy dispuesta a volver a transitar el fracaso estrepitoso de la Alianza fundada en la traición electoral, la corrupción, la impunidad y la irresponsabilidad.
Como ustedes lo saben muy bien, nos ha costado soledad, marginación e incomprensión colectiva sostener y vivir en los principios que nos enseñaron nuestros abuelos y en mi caso mi padre, como para entregar este tesoro que nos hace dignos por sólo razones de conveniencia o desesperación electoral. A Kirchner no lo va a derrotar el pasado,
sino el futuro. El futuro que se expresa en la transparencia, la república, el desarrollo económico y la justicia social y no en los viejos pactos corporativos.
Hoy, los gerentes que manejaron la UCR durante años, tienen razón, yo no les sirvo, tampoco la Coalición Cívica, formada por una generación de jóvenes con principios que
no toleran, ni el cinismo, ni el pacto, ni la corrupción
En última instancia tengo una responsabilidad mayor: no entregar a esta nueva generación extraordinaria de políticas y políticos menores de 45 años a las fauces del viejo corporativismo cínico y corrupto de la Argentina. Como lo señalé cuando me fui del radicalismo en el 2001 jamás tendrán mi conciencia ni la de toda la Coalición Cívica para traicionar los principios que llevarán a la Argentina a la libertad, al desarrollo y la ética.
Lo que fundamos, para ganar las elecciones del 28 de junio, basado en conductas, principios y programas no puede caer en las manos de los que manejan los hilos desde atrás para que nada cambie.
No es cierto que todos los radicales sean iguales, esto es una confusión ética imperdonable.
Mantenemos el único puente, la amistad entrañable y los principios. Quiera Dios y nuestro trabajo que podamos formar parte de una coalición gobernante que cambie la
Argentina, pero no nos pidan arriar las banderas, la conducta y menos aún que le mintamos al pueblo de la Nación.
Desde la inteligencia y el corazón es lo que trasmitiré al partido y a la Confederación Coalición Cívica en veinte días, ellos tienen la decisión final.
Pido perdón por mi dureza, ustedes ya saben que soy dura en los principios y flexible en los acuerdos, para esa unidad es necesario, principios, conductas y no discursos y superar de una vez para siempre la antinomia peronismo no peronismo que torna ingobernable la República.
Estoy convencida de que finalmente triunfarán los valores y la concordia, pero debo recordarles que no sabemos vivir en la ambigüedad permanente y en la especulación eterna.
Un beso enorme y el cariño de siempre,
Elisa Lilita Carrió
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