martes, 20 de abril de 2010

at. Concejal Mónica Palazzo

Crisis Institucional
La salida podría ser generar la remoción del Jefe de Gabinete a través de la aplicación del artículo 101 de la Constitución Nacional.
Si de padecer crisis se trata, los argentinos tenemos una vasta experiencia. Podemos mencionar sucesivos y repetidos conflictos económicos, energéticos, sanitarios e institucionales, entre otros.
Sin embargo, la creatividad en estos tiempos no parece agotarse y hoy nos encontramos frente a una crisis institucional que amenaza con un conflicto de poderes entre el Ejecutivo y el Congreso de la Nación. Curiosamente, su origen no reconoce causas externas; por el contrario, ha sido creada, movilizada e intensificada por el propio Ejecutivo Nacional, mediante el abuso del dictado de los Decretos de Necesidad y Urgencia; entre ellos, el que habilita el uso de las reservas existentes en el Banco Central de la República
Lejos de reconsiderar la situación ante la negativa de todo el arco opositor, que se sintió agredido e ignorado en el propio Congreso, la señora Presidente, no perdió oportunidad de instigar convenientemente la cuestión, para mantener la intensidad del conflicto.
En este contexto vale la pregunta. ¿por qué y para qué? fue generada la crisis. La causa desde mi punto de vista está suficientemente clara, el Gobierno ha mentido y bajo la excusa de honrar nuestras deudas, sólo pretende cubrir el déficit del Presupuesto Nacional, cuyo desfinanciamiento amenaza con ser bastante superior al previsto.
El para qué, es bastante más complejo y nos obliga a adentrarnos en la génesis “de la forma en la que se gobierna”. Aparecen entonces, otros déficits distintos al económico - financiero, pero que repercuten finalmente sobre estos aspectos. Me refiero concretamente, a la baja calidad institucional con que se gobierna, a la ausencia de diálogo político, al enfrentamiento constante con los distintos sectores del ámbito nacional y los demás poderes de la República. Esta situación resulta altamente inconveniente para la marcha del Estado, por más barniz ideológico que el Poder Ejecutivo pretenda darle.
¿Por qué entonces el Gobierno privilegia el enfrentamiento? Porque ha descubierto que la CRISIS, resulta campo propicio para ejercer el Poder sin lo que ellos consideran, el molesto límite de la Ley. Por otra parte, arbitrariamente interpretan que la situación les otorga autoridad suficiente para prescindir de la búsqueda de consensos básicos. Alejan de esta manera la posibilidad de implementar políticas de mediano y largo plazo; las que tienen para la óptica gubernativa, un dudoso beneficio político - partidario en lo inmediato y suelen impedir desde su mezquino punto de vista, las respuestas y golpes de efecto del día a día que tanto agradan al Poder Ejecutivo Nacional.
No obstante, toda crisis es una oportunidad y ésta sin duda es una muy buena para empezar a retomar el camino de la institucionalidad. Pero, no será este Gobierno quien la conduzca. Sus actitudes así lo demuestran. Antes que consensuar, prefiere que el Poder Legislativo no funcione.
Es necesario entonces, que las instituciones cumplan adecuadamente y sin excesos el rol que la Constitución les otorga, que se respeten las autonomías provinciales; que se asegure el libre funcionamiento de los poderes de la República; que el Jefe de Gabinete deje de ser el vocero de la señora Presidente y cumpla con su rol; ya que es precisamente él, quien tiene responsabilidad política frente al Congreso, y de gestión por la administración del país frente a la Presidente.
El arco opositor no sólo debe declamar que el Congreso ha dejado de ser la escribanía del Poder Ejecutivo, debe asegurar el funcionamiento de ambas cámaras. Si es necesario debe asumir la Presidencia de la Cámara de Diputados y la Presidencia Provisional del Senado, y debe hacerlo porque cuando uno no quiere, dos no dialogan.
En cuanto al Jefe de Gabinete, no ha cobrado notoriedad pública precisamente por cumplir a pie juntillas con las obligaciones que la Constitución Nacional le confiere; por el contrario, ha logrado merecida fama como fogoneador de blogueros, contendiente de modelos publicitarias y rotulador malicioso de todo adversario político que exprese disconformidad con la actuación del Gobierno. No hay gestión real desde la Jefatura de Gabinete, es él quien debe ejercer la administración general del país y si ha perdido el rumbo, es atribución del Congreso de la Nación interpelarlo mediante una moción de censura.
Quizás ha llegado la hora de generar la remoción del Jefe de Gabinete y así obligar a la señora Presidente a sustituirlo, por alguien menos impactante desde el punto de vista mediático y más responsable y eficaz en la gestión.
En tanto es nuestro deber respetar y “hacer respetar la Constitución Nacional”, de lo contrario no sólo nos lo demandará la historia, sino también millones de jóvenes argentinos a los que no tenemos derecho de hipotecar su futuro.


Dr. Roberto Raúl Costa
Senador Provincial
Vicepresidente II
Honorable Cámara de Senadores
Prov. de Buenos Aires

at. ALEJANDRO FEDELLI-CONCEJAL DE ESCOBAR(hacer clic sobre el afiche)