domingo, 26 de octubre de 2008

¿Cómo gritar? 23/10/08
Por Alberto Morlachetti


Prólogo a Nota: Ante el supuesto crecimiento de la inseguridad en territorio bonaerense el gobernador Daniel Scioli manifestaba ayer en conferencia de prensa, que para frenar el delito hay que bajar la edad de imputabilidad de los menores a 12 años. Tema controvertido que enfrenta a cientistas sociales desde hace muchos años. Scioli advirtió que en territorio bonaerense viven unos 400.000 menores de edad “sin trabajo y sin estudio”. Sin duda estos pibes constituyen el objeto privilegiado de la punición y señalamiento social.
La nota publicada por esta agencia el 7 de abril del 2004 conserva plena vigencia:
(APe).- Algunos periodistas de mala fama construyen opinión pública en busca de consensos para reprimir a los niños. Rossana Reguillo escribe que los signos son preocupantes. En la vida cotidiana, en los discursos políticos y periodísticos, va cobrando fuerza ese discurso autoritario, duro, de limpieza social, que amenaza
con ganar adeptos porque ofrece la cómoda certidumbre de que la única salvación consiste en el exterminio de todos aquellos elementos que amenazan y perturban el simulacro de la vida colectiva que se mantiene a fuerza de murmullos y suspiros entrecortados para no despertar al demonio. Pero si bien no creo que estemos en el infierno, vivimos su anticipo.
García Márquez se preguntó alguna vez si la Tierra no será el infierno de otros planetas. Tal vez sea mucho menos: una aldea sin memoria, dejada de la mano de sus dioses en el último suburbio.
En eso andan los medios de comunicación, con letra de imprenta o imagen de 4 tintas. Las semillas de las palabras caen en la tierra de los condenados y la cubren con una vegetación delirante.
Radio 10, a través de su mentor, el “periodista” Daniel Hadad, se destaca en la Cruzada contra los niños “infieles”, alentando a tomar por asalto las calles contaminadas de pibes de malabares para que puedan los “buenos peregrinos” derramar toda esa gracia inocente en el “Santo Sepulcro” de los supermercados.
Un cronista policial en TV habló de ladrones de “pantalón corto”: de la maldad de los niños pobres, que no tienen códigos como los tenían los ladrones de ayer, expresaba con cierta nostalgia. Carlos Ruckauf -con su vocación intacta de mano dura- manifestó a Página/12 que “los jueces alientan a los asesinos”.
Se ha transformando a los grandes medios de comunicación en la sede de una estrategia temporal de represión y menoscabo de la vida de los pobres. Somos consumidores del espectáculo siempre “deleitoso” de la miseria, de la tragedia y del espectáculo “conmovedor” de los esfuerzos de los que la provocan, para luego erradicarla, y ponen en el cielo un grito desgarrador: hay que bajar la edad de imputabilidad disparando a las víctimas.
Fue aquí -decía Camus- “donde mi generación aprendió que uno puede tener razón y ser derrotado, que la fuerza puede destruir el alma, y que a veces el coraje no obtiene recompensa”.
¿A qué edad imputamos a un menor? ¿A los 14 años? Parece no ser suficiente. ¿Quizás a los 12? ¿Hay discernimiento en esas edades? ¿Sabe un niño diferenciar lo bueno de lo que no lo es? ¿Lo prohibido de lo permitido? Manuel Ossorio, hombre de prestigio del Derecho, dice que “quien obra sin discernimiento absoluto no puede darse cuenta del alcance, del valor ni de las consecuencias de las acciones que realiza”. El discernimiento puede estar disminuido por varias causas, las anímicas, el miedo, la ofuscación. ¿No está mutilado un niño que sufre hambre, abandono, que ha sido violentado, que vive a la intemperie? ¿No está afectado el niño que no tiene los insumos básicos de la crianza humana: la familia, la ternura, el abrigo, el pan?
Es entonces que dentro del ámbito del Derecho Penal los niños, afectados por la ausencia de derechos que nunca le otorgaron, no pueden discernir plenamente la índole delictiva del acto que realizan, porque no pueden diferenciar entre el bien y el mal.
Invocar discernimiento precoz es condición, pero no suficiente. Entonces, invocan las figuras más nefastas del oscurantismo penal, nos recuerdan la concepción positivista del “delincuente natural”, las genéticas irreparables de nuestros niños pobres.
En La pena de muerte de Albert Camus y Arthur Koestler, este último escribe que en Gran Bretaña los niños de menos de siete años no eran pasibles de la pena de
muerte. Sin embargo, entre los siete y los catorce años podían ser ahorcados si había contra ellos “una prueba evidente de perversidad”. La perversidad producía la “mayoría de edad penal”. Así, en 1801, Andrew Brenning, un niño de trece años, fue ahorcado en público por introducirse en una casa, forzando la entrada, y robar una cuchara. En 1833 un niño de nueve años fue condenado a la horca por haber robado, a través de una vidriera rota, unas tizas de colores.
Los medios de comunicación van contra la familia y le imputan engendrar más hijos de los que la pobreza le permite, de haber transformado la crianza humana en algo lábil, cuando procede el tiempo de los azotes, de utilizar a sus hijos, de convertirlos en pesadillas humanas.
Y van contra la escuela pública por no haber puesto sus técnicas de dominación para someterlos. Esto ocurre en abril de este año. Pero es una historia que ya nos contaron los libros o nuestros abuelos con sus tertulias, esa memoria carnal que se transmite a través de las ternuras.
Cuando la inmigración en Argentina fue objeto del menosprecio social, a fines del siglo XIX y principios del XX, en realidad, lo que se buscaba era eliminar a los no asimilables, los hombres y mujeres que luchaban por sus derechos. Meléndez, en el año 1900, encontraba en la herencia una de las causas de la delincuencia de menores, principalmente en las colectividades italiana y francesa. Luis Agote, diputado por el Partido Conservador, decía el 27 de agosto de 1919 en la Cámara de Diputados: “Tengo en mi banca varias sentencias de jueces condenando por reincidentes a chicos de 10, 11, y 12 años de edad. Si se buscan los antecedentes de estos pequeños criminales, se encuentra que son lustrabotas, vendedores de diarios o mensajeros”.
Hoy como ayer se oculta, se niega, se vela las causas que producen el maltrato y el abandono. Se trata como un fenómeno individual lo que es un producto social, y se le adjudica a la familia humilde una responsabilidad que es colectiva. La mayoría de los medios informativos no derrama una sola palabra, una sola imagen sobre el capitalismo que omite generar “condición humana”.
En el espacio no euclidiano del nuevo milenio, una curvatura maléfica desvía invenciblemente todas las trayectorias. Es el fin de la linealidad, del progreso. En esta perspectiva, el futuro ya no existe, como lo expresa Jean Baudrillard.
Para todos los niños tiene la muerte una mirada, explotados directa o indirectamente por el sistema -son hoy como ayer- la expresión más elocuente de un continente de violencia y de explotación de la vida humana. El hambre que mata niños cada día, sin ese poco de pan que era obligado, sin la ayuda de aquellos que debieron cantarles.

Diputado Walter Martello

La hipocresía de no decir lo que se hace,
porque nada se hace

Una respuesta al planteo del Gobernador Scioli acerca de la situación de los jóvenes en la provincia de Buenos Aires.

· Walter Martello, Diputado Coalición Cívica Buenos Aires, Vicepresidente II de la Cámara de Diputados

La provincia de Buenos Aires tiene en la figura del Sr. Gobernador un comentarista privilegiado de la realidad.

Desprendido insólitamente de su función de máximo responsable de atender los asuntos del Estado el Sr. Scioli se dedica permanentemente a seguir las noticias diarias y efectuar algún comentario, si es posible algún anuncio y rogar que el tiempo transcurra antes que ese 50 % de ciudadanos que lo acompañaron con su voto descubran realmente su verdadera incapacidad.
En materia de políticas de seguridad y ante cualquier hecho dramático, como el que nos ocupa por estos días, no dudó en anunciar un nuevo debate acerca de la baja de la edad de imputabilidad de los menores como forma definitiva de solución a esta crisis.
Obviamente su enorme desconocimiento de la situación o aun peor su hipocresía absoluta, al poco de andar se encuentra con la realidad que es la única verdad
Un día antes de ese anuncio la Suprema Corte de la provincia de Buenos Aires lo intimó para que "en lo inmediato" brinde a la justicia de menores los recursos necesarios que le permitan garantizar "el normal ejercicio de la función".

El máximo tribunal también le pide explicaciones al Sr, Scioli respecto a las medidas que tomará en un plazo de 60 días para un control del cumplimiento de lo ordenado.
"Las sucesivas omisiones por parte de la autoridad administrativa en orden a la provisión de recursos idóneos tendientes a resguardar la integridad física y espiritual de los menores, colocaron a los mismos en un estado de indefensión y desamparo, que no se condice con las garantías que, conforme al paradigma del Estado de Derecho, propone nuestra organización constitucional", señala el fallo firmado por los jueces Héctor Negri, Eduardo de Lázzari, Luis Genoud y Eduardo Pettigiani.
En el fallo, el juez De Lázzari sostiene que se está frente a "una situación no por repetida menos trascendente: la de las falencias y omisiones que se evidencian en perjuicio de uno de los sectores más desprotegidos de la sociedad como es el de los menores en conflicto con la ley penal"
"En la atención de los niños, el Estado debe valerse de instituciones que dispongan de personal adecuado, instalaciones suficientes, medios idóneos y experiencia probada en este género de tareas", agregó el magistrado.
El tribunal no justificó la falta de presupuesto y de infraestructura alegada por el Gobierno ya que "no puede constituirse en justificación válida para incumplir con los mandatos que en materia de minoridad le han sido impuestos".
Los jueces recordaron que en Trenque Lauquen el inicio del fuero de Responsabilidad Penal Juvenil que estaba previsto debió postergarse porque el Gobierno no había cumplido las condiciones a las que se había comprometido para que comience a funcionar.

Desde otro lugar, las autoridades de la Iglesia Argentina le hizo saber categóricamente si opinión. “El mundo civilizado ha comprobado que al incremento de las medidas represivas ha sucedido, fatalmente, el incremento de la criminalidad" agregando que "la pretensión de obtener seguridad por vía del abuso en la pena privativa de libertad y la imputabilidad de menores despierta hambre y sed de justicia".
Rápidamente el Sr. Gobernador comenzó a exhibir datos que tratan de generar en la sociedad, por demás angustiada, una opinión concordante con la suya.
Según estimaciones de la policía, los menores de 18 comenten
un millón de delitos por año en la provincia.
Un millón de delitos graves por año equivale a 114 infracciones de este tipo por hora, una estimación que desde la Comisión de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional de los Derechos del Niño (CASACIDN), desmintió por absurda y exagerada.
El estudio de UNICEF, “Los derechos humanos de los adolescentes en el Sistema Penal Argentino”, describe la situación de los adolescentes infractores y presuntos infractores de la ley penal que están encerrados en dispositivos de todo el país por orden juvenil. Según el informe, hay 6294 adolescentes y jóvenes incluidos en dispositivos penales juveniles por orden judicial, de los cuales 1799 se encuentran en establecimientos de privación de la libertad cerrada o semi-cerrado y el 71% restante, en programas no privativos de la libertad.
“La tipología de los delitos que dan origen al ingreso a establecimientos es un dato difícil de analizar y hay bastante faltante de información –señala el documento-. De todas formas, se puede ver que el 70% de las entradas está relacionada con delitos contra la propiedad, siendo su número más importante la modalidad sin armas”.

El estudio en forma más que elocuente desmiente a Scioli y a su policía
Ahora bien ¿cuales son los programas que en este año de gestión lleva adelante el Gobernador?

¿Cuantos recursos se les asigna al problema de los jóvenes?
¿Amplio las partidas presupuestarias para atender esta situación?
¿Hay alguna otra propuesta que implique dejar de lado la posibilidad que los menores terminen hacinados en dependencias colapsadas, sin recursos o aun más inexistentes?
¿El Ministro Arroyo , mas allá de su capacidad técnica como implementa los recurso que tiene asignados y las facultades extraordinarias para a modificarlos ampliarlos , etc, lleva adelante programas preventivos?

Veamos alguno casos:

De los 47 millones de pesos presupuestados para el área de atención de las adicciones, que representa el 0,17 del presupuesto provincial, al mes de agosto se había ejecutado 29 millones, de los cuales el 50% se gasta en personal y solamente 12 Millones se utilizan para la atención efectiva.
[1]
Mientras en materia de atención de adicciones se ejecutó el 60 % del total del crédito original, en el área de publicidad de la jefatura de gabinete se comprometió todo lo asignado por el presupuesto y se incremento el mismo en un 50% mas gastando mas del doble de los recursos en publicitar las acciones gubernamentales que en atender el principal problema que enfrentan los jóvenes.
En los programas dependientes del Ministerio de Desarrollo Humano no hay mejor suerte, àrea el programa Niñez y adolescencia se destinan 22 millones de pesos anuales, es decir menos de 2 millones de pesos mensuales para la atención de mas de 1.800.000que se encuentran debajo de la línea de la pobreza de los cuales mas de 500 mil no estudian ni trabajan.
[2]
De programa de atención a niños en stuación de calle solo se han transferido a instituciones publicas y privadas en el periodo enero agosto 19 Millones de pesos de los 32 previstos-
El programa autovalidamiento (PROA) se ejecutaron 12 mil pesos.
El programa Servicio de Asistencia Familiar (SAF) no tiene ejecución al mes de agosto.

El programa Apoyo Económico Temporario - Sistema de Becas cero peso de ejecución.

El programa Crecer Jugando no se ejecutó

El subprograma Políticas de Responsabilidad Penal Juvenil 800 pesos asignados cero ejecutado


El subprograma Coordinación de Servicios Zonales y Locales de atención a niños y adolescentes de los 4.7 millones presupuestados solo se ejecutaron 234 mil pesos.

Todas estas cifras se podrían poner en el contexto del presupuesto total de la provincia que para este año rondará los 35 Mil Millones de pesos, y ver cual ha sido la prioridad de nuestro gobernador.
Las políticas de mano dura nunca resultaron efectivas en la provincia de Buenos Aires e reformuló la legislación penal mas de 18 veces en diez años, hoy mas allá de ese anunció deberíamos preguntarnos ¿existe un estudio serio de las causas de la criminalidad? O simplemente la confesión que los delincuentes son cada vez mas jóvenes, menos instruidos y mas pobres realizada por el ex Ministro de justicia Di Rocco, hoy asesor presidencial.

“Recurrir al facilismo de medidas coyunturales cargadas de venganza antes que de racionalidad", no ayuda como bien manifiesta el episcopado.

El fenómeno contemporáneo de la criminalidad no ha nacido por generación espontánea sino, en gran parte, de las decisiones políticas y económicas que desconocen la humanidad de quienes pertenecen a los sectores excluidos, cuyos derechos son despreciados cruelmente", también dijeron los Sres. Obispos, ese tipo de iniciativas "no sólo no soluciona el problema, sino que lo agrava, porque
al aplicarse a los menores la ley como si fueran adultos, no diferencian y esa violencia que sienten se vuelve contra la sociedad".

En definitiva hoy el poder político que gobierna la provincia de Buenos Aires desde hace 20 años y que nos está llevando por incapacidad, conveniencia y complicidad hacia un proceso irreversible de Favelización, esta imposibilitado de salir del mismo.

Walter Martello
[1] Contaduría General de gobierno de la Pcia. de Buenos Aires
[2] Ministerio de Desarrollo Humano