martes, 26 de agosto de 2008

at. Ana Granado -Lincoln



Señales de alerta en la ganadería argentina


Si la actividad sigue con las tendencias actuales, la Argentina debería importar carne en 2012

El contexto internacional del mercado de la carne representa una gran oportunidad para la Argentina por la creciente demanda y los elevados precios. Pero para poder sacar provecho de esta situación, en nuestro país deberían cambiar las condiciones de comercialización, tanto para el consumo interno como para la exportación. Así lo advirtió Belisario Alvarez de Toledo, Coordinador General de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea), en la presentación que realizó durante la Asamblea Ganadera organizada por la Comisión de Enlace de entidades agropecuarias en Olavarría. Según esta presentación, durante los últimos años se ha producido en nuestro país una liquidación general del rodeo -especialmente de hembras- y una disminución del peso de faena. También está ocurriendo un traslado de la ganadería de las zonas pampeanas a otras regiones, como el NOA y el NEA, donde la productividad es menor. Por cada 100 vacas que se trasladan a estas zonas se producen 21 terneros menos. Una de las razones de este escenario adverso es que el precio del kilo vivo recibido por los productores se ha quedado estancado. Sin embargo, el precio de la carne pagado por el consumidor en la góndola ha aumentado considerablemente desde el 2005. Este comportamiento es provocado en gran medida por los crecientes riesgos que enfrentan los eslabones intermedios de la cadena de la carne frente a las regulaciones y el intervencionismo oficial en la comercialización interna y externa del producto. Además, los costos de la ganadería han sufrido un considerable aumento, impulsado por el encarecimiento de los fertilizantes, las semillas, los agroquímicos, la suplementación, los combustibles y los sueldos. Actualmente, el ternero vale lo mismo que en el 2006, mientras que los costos han aumentado desde ese momento un 50%. En la actualidad, el costo de producción de un ternero en las zonas de cría ronda los $3,7 por kilogramo, mientras que su precio de venta es de $3,2 por kilogramo. Estos números arrojan un resultado económico de quebranto para los criadores. Capacidad de reacción del sectorEl aumento en la producción se detuvo en 2005, pero la cantidad de hacienda faenada siguió aumentando, lo que llevó a una disminución del stock. En otras palabras: muchos productores están liquidando su capital productivo. Si se mantiene la tendencia de aumento en la matanza de hembras y la disminución del peso de faena habrá problemas de abastecimiento de carne vacuna para la población argentina. El crecimiento del consumo por aumento demográfico y la baja en la producción determinarán que la Argentina deba importar carne para abastecer al consumo interno a partir del año 2012. De esta manera, nuestro país desaparecerá del mercado de exportación de carnes de calidad. Aún hay tiempo para el cambio La tendencia negativa que registra la ganadería vacuna podría revertirse si se establecen condiciones de promoción de la actividad y se interrumpe el intervencionismo oficial en los mercados.Para que la actividad retome una senda de crecimiento que permita abastecer el consumo interno y la exportación se necesitan cuatro elementos: precio, previsibilidad, tecnología y un productor que combine estos factores asegurando el éxito y la sostenibilidad de la empresa. Hoy no hay previsibilidad y el precio no es acorde a los costos, por lo que el desarrollo del negocio está en una encrucijada.Sin embargo, siguen existiendo amplias posibilidades de crecimiento. Con la misma cantidad de vacas que existen en el país se podrían producir 2,7 millones de terneros más si se logra pasar del 62% de destete al 75%. Además, en la misma superficie que ocupa la ganadería actualmente se podrían disponer 5,7 millones de vacas adicionales, cuya producción, llevada al peso de faena, daría lugar a una oferta adicional de carne de 1,5 millones de toneladas, que significarían un aumento del 49% respecto de la situación actual.Fuente: Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola