sábado, 8 de mayo de 2010

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Construirán un puerto de aguas profundas en Escobar

Una investigación de Escobar News revela los alcances de un proyecto que dista de ser beneficioso para el partido de Escobar.
Una idea que circuló con mucha fuerza cuando se anunció la construcción de un parque industrial en Loma Verde fue la de construir un puerto de aguas profundas sobre el río Parana de las Palmas, un valor agregado que lo haría hasta más competitivo con su par de Campana que tiene un puerto, pero mucho más distante de Buenos Aires.
En este sentido, durante las últimas semanas corrieron versiones de que un puerto de aguas profundas se iba a construir en el kilómetro 70 del Paraná de las Palmas, sin muchas precisiones, estos rumores se fortalecían con un supuesta reunión en Casa de Gobierno entre el Ministro de Planificación Federal, Julio De Vido y el Intendente de Escobar, Sandro Guzmán, en la que se estarían dando las puntas finales al megaproyecto.
Escobar News inició una investigación al respecto y consultó con fuentes confiables para conocer los pormenores del emprendimiento.
Fue así que tuvimos acceso al estudio de impacto ambiental que elaboró la consultora Serman el que da cuenta de un proyecto portuario, pero en manos privadas
Efectivamente, como surge de los dos cuerpos del estudio, la intención es la de construir un puerto de aguas profundas, pero este emprendimiento sería privado, más precisamente, el puerto sería propiedad de la petrolera YPF.
El proyecto, titulado “Proyecto de Regasificación de GNL e inyección de gas natural de la provincia de Buenos Aires” tendrá como único y exclusivo fin el de la regasificación de gas licuado, para su transporte por gasoducto hasta la vecina localidad de Los Cardales, partido de Exaltación de la Cruz, donde se conectaría con el Gasoducto del Norte.
Este puerto, donde funcionaría la planta de regasificación de gas natural licuado, sería equiparable con el ya existe en el puerto de Ing. White, Bahía Blanca, donde viene operando desde 2008 y el que se encuentra en Teeside, Gran Bretaña.
Para este fin, YPF ocuparía una superficie de al menos 125 hectáreas a la altura del kilómetro 70 del río Paraná de las Palmas, donde desemboca el arroyo Los Yerbales.
Escobar News dialogó con algunos de los propietarios de estas tierras quienes indicaron que fueron visitados por ejecutivos de la petrolera para proponerles la compra de sus tierras y muchos de los titulares de los campos, que lindan con la Reserva Los Talares y con el Club Jardín Náutico Escobar, llegaron a firmar un acta de compromiso con YPF quien sería la compradora en privilegio, frente a futuras posibles ofertas. De esta manera, YPF, que ya tiene las propuestas económicas emitidas a cada uno de los propietarios, echa por tierra a las posibles especulaciones que se podrían generar en el sector inmobiliario.
La semana pasada, Sandro Guzmán convocó a los concejales del bloque oficialista a una reunión donde les exhibió este proyecto que en un principio fue bienvenido por los ediles, quines sin embargo, a pocos minutos de iniciada la reunión, comenzaron a exigirle al Jefe Comunal una negociación para obtener de ciertos beneficios para el Distrito, entre ellos, el arreglo de la ruta 25, la recuperación de la costa, donde actualmente funciona el puerto de Escobar, para su explotación turística, la adecuación de dos puentes sobre el río Luján y el empleo de mano de obra local tanto para la construcción del puerto como para su operación.
Tomando en cuenta la magnitud del emprendimiento, los intereses que hay en juego y la poca factibilidad de que el puerto tribute tasas al Municipio, resulta una ganga para los actores involucrados.
Aunque algunos de los presentes vieron la oportunidad para que Escobar tenga su propio puerto de aguas profundas para potenciar al planificado parque industrial de Loma Verde que de esta manera permitiría a las empresas acceder a otros mercados por vía fluvial. Una esperanza que se diluye rápidamente al analizar el plano del puerto, que no deja margen para una posible ampliación.
Para allanar el camino al proyecto de regasificación de GNL, el Honorable Concejo Deliberante deberá recategorizar las tierras afectadas al emprendimiento que, tras la zonificación del año pasado, son consideradas como tierras para uso recreativo y, mediante la ordenanza que precisa el Departamento Ejecutivo, mutarían a uso industrial, cuadrando legalmente con la actividad que se realizará.
El estudio de impacto ambiental elaborado por la consultora Serman presenta al puerto como un emprendimiento inocuo para el medioambiente.
Pero el 40 % del gasoducto, que tiene una extensión de más de 30 kilómetros, atravesará zonas de humedales y tierra anegables y, más allá que está previsto que se construirán según los linimientos de las normas NAG diseñadas por el Ente Regulador del Gas (ENERGAS) no arroja certeza de que modo puede impactar las excavaciones de trincheras al entorno ambiental.
Hasta tanto se termine la planta de regasificación en tierra, la operación de vaporización del fluido se realizará en buques nodrizas regasificadores denominados como “metaneros” (con un porte de 280 metros de eslora) que amarrarán en el canal troncal de navegación, desde donde, una vez concluido el proceso, serán trasladados con barcos de menor porte hasta el puerto bajo la operatoria “ship to ship” para su inyección a alta presión al gasoducto.
Tanto la operatoria abordo de estas embarcaciones, como en tierra, cuando este terminada la planta de regasificación, en el proceso de regasificación intervienen bombas criogénicas a las que se les suministrará algunos aditamentos químicos que, junto a los lodos resultantes de los líquidos oleosos, deberán ser separados para su disposición final en tratadores autorizados. Pero el proyecto nada dice de los químicos que se utilizarán ni de cómo va a ser la metodología, ni de los controles de supervisión para evitar algún percance que pueda afectar a la flora o la fauna autóctona.
Otro tanto sucederá con el lecho del río que por el constante depósito de sedimentos deberá ser dragado permanentemente para garantizar su navegación, lo que podría afectar a la fauna ictícola del río Parana.
También la costa sufriría una modificación, ya que el lugar elegido del río para la construcción de los muelles, no tiene el ancho suficiente para la operación de giro de las embarcaciones, por lo cual se deberá corre la costa 70 metros tierra adentro para que los buques puedan maniobrar sin inconvenientes.
Escobar News consultó con un geólogo del Conicet, quien prefirió mantenerse en el anonimato, sobre cuales pueden ser las consecuencias del corrimiento de la costa y en un análisis muy concreto indicó que el cambio del perfil del río puede generar cambios en la dinámica del río, que con el cambio de sus corrientes, podría afectar la navegabilidad aguas abajo que impondría la necesidad de un dragado más frecuente del canal troncal de navegación para mantener su actual profundidad.
Concretamente, este proyecto resultaría poco beneficioso para el partido de Escobar, ya que en un principio ni siquiera sería beneficiado con un mínimo del gas procesado para el uso industrial o para el consumo domiciliario, el puerto no tributaría a las pobres arcas del Municipio, un entorno ambiental amenazado por la actividad invasiva del hombre y, principalmente, Escobar perdería toda posibilidad de tener su puerto de aguas profundas.


Fuente: Escobar News



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