martes, 2 de febrero de 2010

AT.PABLO AIELLO

DIA MUNDIAL DE LOS HUMEDALES

EDITORIAL



Algunas reflexiones sobre el Día Mundial de los humedales


2009 fue un año donde algunos de los escobarenses incorporaron en su vocabulario la palabra humedal, sin siquiera saber de que se trataba.
No es que esos vecinos de Escobar se convirtieran de la noche al día en ambientalistas, ni mucho menos, ocurrió que cuando se discutía sobre el Plan Maestro de rezonoficación del partido de Escobar, algunos encontraron como excusa para no llevar adelante el plan, que impulsaba el Ejecutivo, el incierto futuro de los humedales que se encuentran en la zona de islas del delta escobarense, ahí todos supimos que los humedales eran los que siempre llamamos bañados, esos, que se extienden desde las barrancas del Cazador hasta el Río Paraná.
Días atrás, recibimos un documento firmado por El Escobar que Queremos llamando a la reflexión por el Día Mundial de los Humedales, esperando que “la Municipalidad trabaje para que este recurso sea protegido dentro de un modelo de desarrollo inclusivo y respetuoso de la biodiversidad”.
Son muchos los que no tienen la más mínima idea de la biodiversidad que existe en la zona -confieso que yo soy uno de ellos- y al leer ese documento me hice una simple pregunta ¿cómo puede un vecino común defender algo que no conoce?¿todo recae en las espaldas del Estado? No, cada uno de nosotros debemos hacer algo por lo que realmente creemos, pero para creer, primero hay que saber de que se trata, seguramente al Estado le toca una porción de responsabilidad en esa enseñanza, pero no es el maestro excluyente.
Respeto el trabajo que durante años viene haciendo el Escobar que Queremos, pero hay momento que hay que bajar al llano y así como le trataron de mostrar a las autoridades municiaples sus políticas inclusivas para los humedales, así deberían habérselo explicado a la gente, al vecino común.
Comprendo que las comparaciones son odiosas, pero en el tema abordado es menester hacerlas, tal vez para aprender algo, y si sirve ¿por qué no copiar lo que hacen en otros lugares?
Un puñado de vecinos de Pilar, desde hace varios años viene luchando por una reserva natural, que hoy existe al a vera del Río Luján.
No fue fácil para ellos obtener la aprobación de los políticos y el apoyo de los vecinos, pero trabajaron y siguen trabajando, no solo para defender y preservar la reserva, sino educando a la gente, comprometiendo al vecino con la reserva que hoy, es de todos. Así la sienten ellos.
A los frecuentes sabotajes que sufrieron durante estos años, ellos respondieron con jornadas de limpieza en la costa del Río invitando, incluso a funcionarios de la Municipalidad de Pilar, para que comprendan el por qué de su lucha, a la sospecha de contaminación de las aguas, ellos buscaron la forma de al menos molestar a quienes contaminan, le quemaron un mangrullo para el avistaje de ave, construyeron otro.
Así, ese grupo de gente, que en un principio eran tomados por locos, hoy se ganaron el respeto de toda su comunidad y el de entidades como la Fundación Temaikén que recientemente eligió esa reserva para liberar aves, luego de haberlas curado.
Ellos –los pilarenses- hoy, a pesar que en la reserva natural en el Río Luján los humedales prácticamente no existen, festejan el Día Mundial de los Humedales y encuentran una oportunidad sin igual para educar a la gente sobre políticas ambientales.
Entre otras actividades, tienen preparada una travesía en kayacs por el Río Luján para concienciar a la gente de la importancia de la reserva, mostrando y enseñando la biodiversidad que imperar en la porción del Río Luján que a ellos les toca cuidar y advirtiendo de cómo puede afectar la acción del hombre ese delicado equilibrio.
Mi curiosidad me llevó a preguntarle a una persona allegada a una ONG ocupada por cuestiones ambientalistas en Escobar: ¿tienen alguna actividad preparada para el Día de los humedales? Y la respuesta corta y concreta fue: NO.
Escobar tiene el estigma de un basural enclavado en los tan preciados humedales, que en la actualidad está cerrado, pero sus efectos contaminantes -según algunos afirman- siguen propagándose tanto en el suelo como en el agua ¿No habría sido un buen momento para reivindicar a esa zona con campañas de concientización?
Me imaginaba que, tal vez, por ser un día tan especial, tomando en cuenta que durante el año pasado los humedales habían sido bandera de una lucha, este Día Mundial de los Humedales iba a reunir al menos a quienes dicen ocuparse y preocuparse por la zona de islas en algún punto de la costa del Río Luján.
Suponía, que aunque fueran cuatro gatos locos, prepararían un documento para la ocasión, apostaba a que prepararían una caminata y que invitarían a los vecinos a recorrer el área y enseñarle a quienes nada saben de los humedales –me incluyo nuevamente- cual es la importancia de preservar a los humedales y sobre la biodiversidad que ellos contienen, tal vez ayudados por la gente de la Reserva de Otamendi, que mucho saben de esta cuestión.
Quien tiene verdadera vocación por defender sus ideales, puede aventurar un sin fin de ideas, que no precisan dinero, solo es necesario ingenio y voluntad.
Así, esos bañados, podrían ser realmente valorados por el vecino común y encontrar en el vecino un formidable aliado ante la amenaza de los emprendimientos urbanos que se ubicarán en la zona, como se viene pregonando.
Pero, nada de ello ha ocurrido, y el Día Mundial de los Humedales, acá, en Escobar, es eso, nada más, un día, un día sin acciones pro-activas, un día que quedó en un simple discurso que llama a la protección y cuidado de algo que el común denominador de la gente no alcanza a comprender, por que nadie le explica. De esta forma, los humedales vuelven a ser esos bañados, con algunos pájaros de intensos colores, una fauna desconocida por muchos y lo más triste es que el vecino adulto, que siempre llamó al humedal bañado, le enseña a sus hijos que es eso: solo un bañado.


Pablo Aiello
Director de Escobar News





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