jueves, 14 de enero de 2010

HAITI HOY -de CRÍTICA DIGITAL




at. JORGE DERRA

Hace una semana comenzó lo que se ha dado en llamar la crisis del Banco Central.

En su momento y en caliente plantié algunas cuestiones que mas allá de las formas, que con la reflexión siempre se pueden mejorar, aún sigo sosteniendo.
Es necesario entender, entre quienes es el conflicto que dispara la crisis. Quien esta de un lado y quien del otro, al mismo tiempo seamos intelectualmente honestos para ponderar cada una de las cosas que se dicen y hacen.
Quienes desde siempre venimos sosteniendo la ilegitimidad de la deuda externa y que historicamente hemos hecho del no pago de la misma, una bandera de lucha , no podemos menos que reconocer que esta crisis, es una muestra clara de nuestra derrota.
En efecto, la discrepancia entre las partes de este conflicto, nace de una coincidencia:
“ Hay que pagar la deuda ”
No importa si esa deuda es ilegitima, si ya se ha pagado varias veces, si es usuraria y genocida por origen. Ambos bandos dicen, Hay que pagar,.
Pagarle al Club de Paris, que se transformó en acreedor del pais, cuando le presto dinero a la dictadura de Videla, para que aceitara el aparato represivo que se llevo mas de 30.000 compañeros.
Hay que pagarles a los bonistas que no entraron en el canje, aunque sean fondos buitres usureros que con la complicidad de muchos de los que hoy apoyan a Redrado le prestaron plata al Pais al 50% anual cuando las tasas internacionales no pasaban del 7%.
Esa deuda ilegitima producto de la corrupción, la represión y el desmembramiento del sentido nacional de las cuestiones de Estado debe honrarse.
¿Bien, cual es la diferencia entonces, si todos estan de acuerdo con esta decisión, porque tanta polemica?
Hay varias cuestiones en el medio que no alcanzan, para alejar un cierto tufo desestabilizador, en la componenda del presidente del Banco Central con los sectores de la oposicion política, mediatica y judicial.
Técnicamente la diferencia fundamental es que el gobierno quiere pagar con las reservas del Banco Central, porque de ese modo no debe echar mano al superávit fiscal que pretende utilizar como herramienta de ampliación de la base social, al volcarlo al financiamiento de medidas de alto impacto social, por ejemplo el plan Argentina trabaja , la asignación por hijo y politicas activas de sostenimiento de la obra pública y la actividad económica en el afán de atemperar el crecimiento de la desocupación.
El bando contrario, pretende que las reservas no se toquen, porque esa es una verdad de hierro en el mandato de quienes son sus verdaderos patrones, los organismos de crédito internacional.
Con las reservas se financian las corridas cambiarias que terminan en fuga de capitales de las que ellos sacan sus ganancias.