sábado, 22 de noviembre de 2008

at. Tribuna de periodistas

TRIPLE CRIMEN: DENUNCIA EN PRIMERA PERSONA EXCLUSIVO: DIEGO FERRÓN CUENTA LO QUE NUNCA DIJO
Por
Redacción de Tribuna
En una reunión entre familiares de las víctimas que ocurrió hace poco, sacamos algunas conclusiones. En esa charla se supo que Damián Ferrón, Leopoldo Bina, Sebastián Forza y, por detrás, José Luis Salerno formarían una "sociedad" para importar efedrina legalmente. Hasta que se desbarató la quinta de Ingeniero Maschwitz y aparecieron muertos los tres jóvenes, era totalmente legal y nadie hablaba de precursores químicos. La reunión iba a realizarse el día jueves 7 de agosto, el mismo en el que desaparecieron los tres mencionados a las 19 hs. Allí, ellos participarían, al igual que Julio Pose hombre de confianza de Forza, Carla Iorio (hasta entonces abogada de Salerno) y Rubén Ramírez, abogado de Forza. Por supuesto que a esta reunión nunca llegaron, ya que ese día desaparecieron. En un principio decidimos entre las familias no hablar algunas cosas porque no sabíamos de qué se trataba todo esto, pero el desenlace fue terrible y el silencio sólo conduce a que muchos personajes involucrados estén sueltos y por más dolor que nos cause se metieran con quien no debían. Por mi parte, estoy recopilando información y sé que mi hermano no me contó algunas cosas para protegerme. Él sabia que, si corría peligro, yo estaría a su lado, sea lo que fuere, y lo hubiera bancado hasta el final. Es por eso que se me escapó de las manos. Me enteré que durante esa semana, Salerno se ausentó del país. Más precisamente estuvo en Punta del Este, mientras Damián quedaba a cargo de la farmacia. En esos días, en las oficinas de Pilar, se presentaron dos sujetos supuestamente de la hinchada de Boca, enviados por el señor Martín Magallanes reclamando pagos a Salerno. Obviamente, Damián no podía resolver el tema por sí solo. Vale destacar que todo esto fue en presencia del cirujano Gustavo Ricchiuto, quien desde hace tiempo mantiene negocios con Salerno y estaba trabajando en las oficinas de Pilar, las cuales fueron desmanteladas ni bien Damián desapareció. Por un empleado de la farmacia y algún comentario de Damián sé que las cosas entre el cirujano y Salerno no estaban bien, había deudas entre ellos. Dentro de la camioneta incendiada de Damián aparecieron dos cheques de Ricchiuto, yo los ví en la Comisaría 50. Por otra parte, mi cuñada contó que Damián tenía intenciones de ir a México -había discutido muy fuerte con un mexicano- y ese viernes haría un buen negocio. La verdad es que ni pasaporte tenía y jamás en su vida subió a un avión o salió del país, pero los que conocemos a Damián sabíamos que él siempre aventuraba el futuro aunque pareciera una fantasía. Así como los familiares de Damián estamos hablando de lo que sabemos, todos los del entorno, amigos, familiares y empleados deben contar lo que saben. Damián le mencionó a mi madre que este país estaba lleno de corrupción y con asombro contó en cinco minutos ese lunes, antes de desaparecer, cuando bajó a pedirle un limón, que en el rubro estaban metidos Ricky Martínez y Echarri, ambos padres de sendos actores. Otro dato importante que puedo aportar es que por un tema comercial le pedí prestado dos cheques a mi hermano para cambiar en el banco y hacer descuento del mismo. Yo a cambio le di dos de mi empresa, los cheques eran de Salerno. Los míos se cubrieron y los de él vinieron "de vuelta". Antes de desaparecer, Salerno estaba de viaje así que mi hermano se encargó de acercarme el dinero de un cheque a mí y otro día llevó el dinero del segundo cheque a mi oficina, donde estuvo con mis socios, los cuales son amigos en común de los dos y ahí mencionó que alguien le habría llevado un bolso con 100 mil dólares para la compra de efedrina pero él no contaba con esa mercadería (en esto coincide con la declaración de Ricchiuto al igual de que lo de Ricky Martínez). Desde la oficina realizó un llamado, posiblemente a Ibar Pérez Corradi y habló por radio con Sebastián Forza. Estos mismos cheques Damián me pedía que se los rescatara del banco para devolverlos por que si no a Salerno le cerrarían la cuenta. Lo cierto es que nunca se los pude dar, pero sí a Salerno, de quien es interesante contar que, mientras mi hermano no aparecía, me llamaba para que se los entregue. Decidí encontrarme, le dije a mi mamá que me acompañe para ver qué le podíamos "sacar" con respecto a Damián, sabíamos que él tenía muchas cosas que ocultaba y nos reunimos en la YPF de Larrazabal y Richieri. Él vino acompañado de su mujer y su madre y dijo que tenía miedo de estar solo. Ellas se quedaron en el auto y nosotros conversamos con él, le preguntamos qué paso y dijo no saber nada, que estaba sorprendido. Cuando le preguntamos por la efedrina, contó que en octubre habían hecho una operación pequeña y que todo salió bien pero que, como luego no se conseguía más en las droguerías, nunca más lo habían hecho. En noviembre recibían amenazas por mensajes de texto. Un dato más: a un amigo en común que no tenía trabajo, José Reboredo, Damián lo llevo a trabajar con él hace unos cuatro meses para que hiciera reparto y otras tareas. Él estuvo en el Club Liniers, conoció a Leopoldo y a Sebastián en alguna reunión que ellos tenían. Después del hecho, Salerno los desvinculó al igual que a otro empleado de mucha confianza como Alejandro y a su abogada Carla Iorio. ¿Tendría miedo de que estas personas supieran cosas que no lo favorezcan? Ellos saben bien que Salerno estaba al tanto de los movimientos de Damián, sino ¿para qué el día de su desaparición lo llamó unas cinco veces? Posiblemente lo haya hecho mientras mi hermano estaba secuestrado, y esto saldrá a la luz seguramente cruzando el teléfono de Damián. Esta es toda mi verdad, estoy luchando para que se haga justicia. Mi hermano, si se confundió, lo pagó muy caro. Él no era un narco, se vio obnubilado por un negocio que podía cambiar su futuro y no midió las consecuencias. Fue llevado en representación de quien conoce bien de qué se trata todo esto. Queda mucha tela por cortar. Lo cierto es que los medios hablan de que los tres jóvenes eran narcos muy abiertamente, pero la realidad es que, los que importan miles de kilogramos de efedrina, siguen sueltos. ¿Nadie se pregunta qué hicieron todos estos años con tantos kilos que sobraban, la Aduana, el Sedronar o el Gobierno? si no fuera por la muerte de los tres jóvenes, todos se hacían los ciegos... ¿será que llenaban sus bolsillos? ¿O hay que pensar que este negocio lo descubrieron Sebastián, Damián y Leopoldo? Ellos sirven de chivo expiatorio a los demás para limpiarse. En los últimos ocho años la importación de efedrina se elevó más que exageradamente, o sea que este es un negocio armado con proveedores y clientes y ellos se metieron donde no debían. Le iban a arrebatar el negocio a otro o por lo menos ser competencia, no creo que los mexicanos se quisieran quedar sin proveedores o efedrina. Esto lo hicieron los que manejaban el negocio y alguno que pensó que se quedaba afuera. ¡Cuantos personajes dan vuelta sobre el eje y cuantas preguntas quedan sin responder! Ricky Martínez conocía a Forza, Magallanes y Tarzia pero jamás sintió hablar de efedrina. Salerno está vinculado con Richiutto, Ferrón, Forza. Bina le debe a Magallanes, hace negocios con Pérez Corradi, tiene llamados y se vio con Rodrigo Iturbe, participó de reuniones con él, tiene llamados con Tarzia y lo conoce, desmanteló una oficina en una semana cunado desapareció Damián pero tampoco sabe nada y esta suelto. Martín Magallanes hace cambios de cheques y usura con el rubro de las farmacias (también vinculado con el suicidio de Ariel Vilán). A Ibar Pérez Corradi, Forza le tenía terror, lo tenía amenazado. Otro supuesto prestamista de dinero ¿sería otro vinculado a la venta de efedrina y se quedarían con sus negocios? Julio Posse participó en más de una reunión, era un protector de Forza, ¿dijo todo lo qué sabe o está involucrado? La Sra. de Bina, estuvo supuestamente con Rodrigo Iturbe en reuniones, ¿no tiene más para contar? Los abogados de las partes, Carla Iorio (Salerno), Rubén Ramírez (Forza) ¿tienen más para aportar? Gustavo Richiutto, socio de Salerno ¿miente, fabula ó dijo toda la verdad ó parte? Martín Lanata, ¿quién es este personaje?, tenía que estar en la reunión de Wal Mart pero en su lugar fueron un hombre y una mujer. Hernán De Carli ¿será otro que no sabe nada y es inocente? Su quinta, las armas, sus custodias el policía penitenciario Miguel Ángel Lombardi, el policía Mario Darío Atrio, los llamados desde el lugar, el celular de Damián encontrado en la zona. Marcelo Tarzia, supuestamente vinculado con Forza y Salerno está preso por el trafico de efedrina. También lo concía a Damián: fue quien ofreció los 100 mil dólares ¿podrá ayudar a esclarecer el hecho? Manuel Poggi y la funcionaria con el galpón de general Rodríguez: los dos presos. Los aportes a la campaña de las droguerías y la renuncia de Capacolli. Solange Bellone, dijo mucho ¿sabe más?, ¿tiene miedo? Jesús Martínez Espinosa, otro mexicano que está imputado por tráfico de efedrina vinculado con la quinta de Ingeniero Maschwitz, es el suegro de Marco Laison, su hija era novia hasta ese entonces ¿pertenece a otro cártel posiblemente o todo tiene que ver con todo? El ex senador de Morón, Horacio Román, ¿será cierto que Salerno es su testaferro que juntos tuvieron e hicieron negocios con el PAMI y tiene farmacias y conexiones con droguerías? Marcelo Abasto, otro empresario, también amenazaba a Forza. ¿Por qué no se habla de la causa reservada que hablan de las amenazas de Pérez Corradi y Abasto hacia Forza, por la cual estuvo refugiado 15 días en Semana Santa? Los funcionarios de Gral. Rodríguez, Marta Baldo secretaria de Seguridad de la localidad, Marcelo Coronel su intendente junto a su esposa Adelma Arguison presidenta de la seguridad del senado Bonaerense y armando Borches, secretario de la municipalidad, ¿quién dio la orden de limpiar la escena del crimen? ¿Cuantos personajes hay en la causa? ¿Habrá más? ¿Alguien quieren que se descubra la verdad? ¿Por qué tanta indiferencia desde el Gobierno?, al ministro Aníbal Fernández le envié un mail, le hice una marcha y dejé un petitorio. A la Sra. Presidenta le envié un fax al igual que al Gobernador Daniel Scioli. Hasta hoy nadie me llamó, no les interesa tres desaparecidos, secuestrados, torturados y muertos vinculados con el tráfico de efedrina que es un escándalo. Y la oposición ¿qué hace? sólo la diputada Patricia Bullrich nos dio su tarjeta personal y se puso a disposición. Según "nuestro" ministro de Justicia, Aníbal Fernández ellos ya habían descubierto lo de los precursores químicos y no hay cárteles de la droga instalados. ¡Qué lastima que dejaron entrar tanta efedrina y se tuvieron que morir tres personas para que se haga público! Quisiera no perder la confianza de que pueda esclarecerse el hecho y que se haga justicia en nuestro país, pero sinceramente lo veo muy difícil.
Diego Hernán Ferrón
ferron_diaz@infovia.com.ar Especial para Periódico Tribuna
Buenos Aires - Argentina
info@PeriodicoTribuna.com.ar

Agencia de Noticias Pelota de Trapo


Las fábricas del hambre 13/11/08
Por Miguel A. Semán
(APe).- La suba del precio de los alimentos durante el año 2007 sumó 119 millones de personas al ejército del hambre, con ellos ya van reclutados casi 1.000 millones de personas en todo el planeta. En América Latina y el Caribe la cifra que había caído de 53 a 45 millones entre los años 90 y 2.005, como consecuencia del alza de los precios del trigo, el maíz, los lácteos y el arroz trepó a 51 millones en 2.007. Lo increíble es que el incremento no está ligado a la falta de alimentos ya que la región produce, en promedio, un 40% más de lo que necesita.
Aquella inflación mundial de un año atrás provocó la algarabía de países productores como Argentina y Brasil, que engordaron sus reservas sin que decreciera su población de hambreados. En esos tiempos de bonanza el presidente Lula dijo que el aumento del precio de los alimentos debía recibirse con alegría porque significaba que los pobres del mundo habían empezado a comer. Es una pena que no les haya avisado que había llegado la hora de la comida a los 32 millones de chicos que en su país viven en familias con un ingreso inferior a 40 dólares al mes.
La misma escalada alcista, de precios y pobres, provocó, como coletazo en la Argentina, la lucha entre el gobierno y los productores rurales por los excedentes de esa renta excepcional. Los dos bandos en guerra sin darse cuenta apelaron al mismo discurso autista. El mundo necesita lo que nosotros tenemos, dijeron, como si no estuvieran hablando de hambre y de comida. Unos y otros creían que nadaban en un océano de dólares y soja ubicado a millones de años luz de los pre-cadáveres del Chaco, los desnutridos de La Rioja y los pibes malditos del conurbano bonaerense. La misma distancia, pero para el otro lado, que los separaba de los monopolios exportadores de cereales cuyas ganancias permanecieron intactas.
Hoy, como consecuencia de la crisis financiera internacional, los precios de los alimentos bajan. Sin embargo los costos de la caída también los pagarán los pobres. Ahora, porque en vez de inversión y aceleramiento de las economías, habrá desconfianza de los inversores, recesión y desempleo. Los mercados, dicen los economistas, hoy tienen un comportamiento irracional porque actúan dominados por el pánico. Lo dicen tan sueltos de cuerpo como si ayer, cuando los movía el motor del lucro sin límites, hubiesen sido racionales.
Se necesita, según la FAO, una inversión de 30.000 millones de dólares anuales, durante diez o quince años, para solucionar el problema del hambre en el mundo. El gobierno de Bush puso 700.000 millones sobre la mesa y ya perdimos la cuenta de lo que gastó Europa para que sus gigantes de papel no se derrumben unos a otros como en una danza de borrachos.
Mucho menos reclama el hambre para dejar de ser. Hace tres meses la Municipalidad de Chilecito, a 200 kilómetros de la ciudad de La Rioja, detectó 400 casos de chicos desnutridos. Los funcionarios admitieron que esos 400 chicos habían desbordado el sistema. Hace unos años les llegaban módulos alimentarios de la Nación. Los módulos con el tiempo pasaron a ser tickets y los tickets de cincuenta pesos, para la compra de carne y leche, con la inflación pasaron a ser nada.
El hambre no es un fenómeno de la naturaleza, como algunos creen. Tampoco es una enfermedad, ni una consecuencia indeseada del clima. Es una invención humana tan letal y temible como las armas químicas que Bush y sus aliados decían buscar en Irak. Como todo instrumento de destrucción masiva se aplica de manera racional y selectiva sobre determinadas regiones del planeta y apunta al exterminio de las razas y los sectores sobrantes de la población mundial.
Si no fuera así no se explicaría que 2 millones y medio de niños en la Argentina no alcancen a cubrir sus necesidades de alimentación, salud, vestimenta y educación y que 400.000 de ellos sean indigentes. Que en medio de este panorama los índices oficiales proclamen el descenso de la pobreza y la mentira sirva de fundamento para la reducción de los programas alimentarios. Y que todo esto pase, además, en el quinto país exportador de cereales del mundo.
Para algunos se trata nada más que de una paradoja. Nosotros seguimos diciendo que es un crimen. Un negocio tan macabro y colosal como la guerra. Quizás por eso en medio de la crisis las potencias del mundo hayan corrido a rescatar a los fabricantes del hambre en vez de tenderles una mano a los hambrientos.