lunes, 29 de marzo de 2010

Escándalo de pedofilia enfrenta al Papa a romper con la cultura del secreto

26 de Marzo de 2010
CIUDAD DEL VATICANO, 26 Mar 2010
La ola de escándalos por pedofilia en la Iglesia católica, que llegó a salpicar inclusive al papa Benedicto XVI, enfrenta al Vaticano al reto de romper con la "cultura del secreto" que reinó por siglos en la Iglesia católica.El Papa se encuentra frente a un "verdadera encrucijada", explicó el vaticanista Marco Politi tras las denuncias de la prensa estadounidense contra el pontífice por haber encubierto a sacerdotes pedófilos.
"Un gesto infame para golpear al Papa a todo precio", escribió por su parte el diario oficial del Vaticano, L'Osservatore Romano, tras el artículo publicado por el prestigioso New York Times en el que se sostiene que el entonces cardenal Joseph Ratzinger, actual pontífice, se abstuvo de sancionar a un religioso estadounidense que abusó de unos 200 menores sordomudos entre 1950 y 1974.
Por segundo día consecutivo, el Vaticano ha tenido este viernes que salir a la defensiva tras las publicaciones del diario estadounidense, que lo involucra también con el caso de un sacerdote pedófilo que el cardenal Ratzinger alojó en 1980 en su diócesis de Alemania, cuando era arzobispo de Munich.
Según el diario, Ratzinger encabezó la reunión durante la cual fue autorizado el trasladado de Essen a Munich del padre Peter Hullermann, sospechoso de pedofilia y años más tarde, 1986, condenado por la justicia ordinaria por abusos a menores en otra parroquia.
"La cultura del secreto, de negar, el concepto de idolatrar a la autoridad han terminado por menoscabar valores de la iglesia tales como la justicia, la transparencia y los derechos humanos de los inocentes", escribió en el diario italiano La Repubblica el vaticanista Giancarlo Zizola, teólogo y autor de varios libros.
La inédita protesta el jueves de un grupo de miembros de una asociación estadounidense de víctimas de sacerdotes pedófilos en plena plaza de San Pedro, ha contribuido a minar también la imagen del Vaticano.
"Entre más la Iglesia sea transparente sobre el asunto y se arrodille para pedir perdón (...) más serán los casos sepultados en las catacumbas del olvido que saldrán a la luz", escribió el editorialista del Corriere della Sera, Pierluigi Battista.
"Benedicto XVI está atravesando el momento más difícil de su pontificado", sostiene Battista, quien recuerda que el primer papa alemán de la historia reciente fue elegido hace cinco años gracias a su personalidad moralizadora.
Frente a la presión de la opinión pública mundial, a las caricaturas que trazan un pontífice ciego, los medios católicos intentan frenar la avalancha de críticas y acusaciones.
Los obispos de Francia e Inglaterra, si bien reconocen la "vergüenza y el pesar" por los "actos abominables" de pedofilia en el seno de la Iglesia, han defendido al Papa de los ataques en su contra.
"Constatamos también que esos hechos inadmisibles son utilizados en una campaña para atacarlo a usted y a su misión", sostienen los prelados franceses al reiterar públicamente su apoyo.
El influyente diario de los obispos italianos Avvenire, usa términos muy duros contra lo que llamó "la lapidación" del Papa y de la Iglesia.
Inclusive importantes vaticanistas, tradicionalmente críticos, defienden al pontífice y consideran "injusto" que se ataque a "la persona que más ha actuado contra la pedofilia" dentro de la institución.
El ministro de Relaciones Exteriores italiano, Franco Frattini, también tachó de "escandalosos, peligrosos y vergonzosos" los ataques al jefe de la iglesia católica.
Benedicto XVI, que el sábado manifestó con una carta pastoral dirigida a los católicos de Irlanda, "la vergüenza y el remordimiento" de toda la institución por los abusos cometidos, anunció que los responsables serán juzgados "por Dios y la justicia" ordinaria.
Pese a ello, varias asociaciones de defensa de víctimas de curas pedófilos tanto de Estados Unidos como de Alemania consideran insuficiente las palabras del pontífice.
"La operación verdad se está iniciando", sostiene Zizola, quien sostiene junto con otros observadores de asuntos religiosos, entre ellos Politi, que le llegó la hora al Vaticano de "abrir los archivos" y reflexionar sobre el tema de la sexualidad.
"Ojalá que no reaccionen aduciendo un complot internacional de laicos o masones", sugiere Battista en el Corriere della Sera, el cual espera que la Iglesia y Benedicto XVI ganen la batalla contra "el resurgir del pasado" con "las armas de la verdad y la transparencia".

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