DE la vaca.org
Artistas que exhiben el deterioro ferroviario
Una pinturita
La Agrupación Boletos Tipo Edmondson interviene estaciones de tren y la cartelería ferroviara para repararla a medias: una manera de poner en evidencia la ausencia de mantenimiento estatal y empresaria. El trabajo político de un grupo de artistas que se propone demostrar que con las privatizaciones no sólo hubo un vaciamiento económico sino también cultural.
Imagine que baja del tren y ve a dos muchachos que, vestidos como antiguos trabajadores ferroviarios, pintan con dedicación el rotoso y roñoso cartel nomenclador de la estación más cercana a su casa. Por más increíble que parezca, eso es lo que hacen los artistas Patricio Larrambebere y Ezequiel Semo, creadores de la Agrupación Boletos Tipo Edmondson (ABTE). Sus intervenciones tienen una inquietante particularidad: arreglan solamente parte de las estaciones o sólo un sector de los carteles nomencladores. De esta manera, intentan poner aún más en evidencia el deplorable estado en el que se encuentra la infraestructura del transporte pública, la ausencia del Estado y el verdadero interés de las empresas concesionarias. Vestidos con antiguos uniformes ferroviarios, los artistas buscan recrear también los oficios extinguidos tras las privatizaciones. Los cruces en el tiempo generan desconcierto en el espectador ocasional. "Nunca pedimos autorización a la empresa para hacer este trabajo, que genera estupefacción: ¿Quiénes son? ¿Son de la empresa? Qué ridículo que estén arreglando solo esta sección del cartel, de la estación", dice Larrambebere. Todas las intervenciones tienen una clara intencionalidad artística, pero también política: "En las últimas elecciones, ningún partido político tocó el tema ferroviario. Este gobierno habla del tren bala cuando tenemos 35 mil kilómetros de vía férrea paralizados que costaría mucho menos que esa payasada atómica, otro negociado más", argumenta Semo. La intención de las acciones no consiste en hacer el trabajo por la empresa sino más bien señalar algo que sólo los usuarios parecen ver. La pintada a medias denuncia la situación en el estado de deterioro de los servicios públicos pero también intenta iniciar un debate: ¿de quiénes son esos espacios? Larrambebere no titubea: "Es nuestro. Las estaciones y todos los bienes muebles e inmuebles son del Estado. Lo que hace el concesionario es brindar el servicio ferroviario, nada más, por lo tanto es de todos". La Agrupación Boletos Tipo Edmondson (ABTE) nació en 1998 no como una broma sino como un espacio de reflexión acerca de los que estaba sucediendo con las instituciones en la Argentina. Larrambebere se declara "pintor de caballete" y para cuando fundó ABTE ya tenía pintados varios cuadros de logotipos e imágenes institucionales de los ferrocarriles, todos previos al proceso de privatización. En ese momento se encontró con Javier Martínez que lo ayudó a crear ABTE y aportó sus reflexiones vinculadas al situacionismo. Larrambebere dice que Martínez fue como el brazo teórico de ABTE para salirse de lo meramente estético y encontrarse con el presente que les había legado el menemismo: "En la medida en que íbamos viendo lo que sucedía con los ferrocarriles y redescubriendo su importancia institucional en el país, también reflexionábamos acerca de su desaparición. Nos dimos cuenta de que la extinción del viejo boleto de cartón en cierta medida fue como una esquirla, un rastro nimio de la desaparición de toda una cultura, la ferroviaria", recuerda Larrambebere. Una de las primeras producciones de esta falsa institución fue el bolezine, el órgano de comunicación de ABTE en forma de boleto desplegable que publicaba noticias sobre el ferrocarril. Lo imprimían con una máquina que pertenecía a la administración estatal del ferrocarril, recuperada a punto de ser destruida. En un principio, Larrambebere se propuso documentar y armar un archivo. Pero rápidamente la idea quedó descartada. En 1999, ABTE llevó a cabo su primera acción. “Consistió en rehabilitar una cabina de guardabarrera en Crisólogo Larralde, cerca de Saavedra, que estaba abandonado y convivía con el paso a nivel automático. Nuestra acción consistió en limpiar esa cabina para presentar una serie de calcomanías que habíamos hecho y que se llamaba '24 reflexiones sobre nuestro presente ferroviario'. Además de eso incluía la reaparición del guardabarrera que le daba la señal de vía libre al conductor del tren", cuenta. Por supuesto que ante esa aparición casi fantasmal, cuando el motorman lo veía comenzaba tocaba bocina como si estuviera loco. Los artistas –dicen- quieren poner en discusión el vaciamiento ferroviario que, subrayan, no sólo fue económico: “También hubo un vaciamiento humano, de oficios y profesiones que se desarrollaban en torno al tren”. Larrambebere y Semo son dos amigos que comparten ideas, las discuten, ponen plata de sus bolsillos y salen intervenir estaciones ferroviarias. En total, ya hicieron más de 20 acciones. "Para nosotros esto no es un trabajo, forma parte de nuestra formación intelectual", concluyen.
publicada 10/01/2008
éstas notas pueden ser reproducidas libremente, total o parcialmente (siempre que sea con fines no comerciales), aunque agradeceríamos que citaran la fuente.
Este blog , ES EL TERCERO QUE COMIENZO. ESTÁ DESTINADO A NOTICIAS Y COMENTARIOS CULTURALES , POLÍTICOS , SOCIALES , ECONÓMICOS Y TODO AQUELLO QUE SEA DE INTERÉS PARA LA COMUNIDAD ESCOBARENSE , PROVINCIAL , NACIONAL Y DEL EXTERIOR. LAS NOTAS QUE AQUI APARECEN SON RESPONSABILIDAD DE QUIENES LAS FIRMAN - AIDA-
"Otras culturas" de Aída Holtz

Datos personales
- Aída Holtz
- ESCOBAR, BUENOS AIRES, Argentina
- DOCENTE,PERIODISTA, POLÍTICA, INTEGRANTE DE ASOCIACIONES INTERMEDIAS.
martes, 1 de abril de 2008
at. ARI, pcia de Bs As
CAUSA UNA PROFUNDA DECEPCION VER COMO EL GOBERNADOR SCIOLI SE SUBORDINA AL GOBIERNO NACIONAL
El presidente del ARI de la provincia de Buenos Aires, diputado Horacio Piemonte dijo sentir una “profunda decepción” ver al gobernador Scioli subordinarse al Gobierno Nacional.
“Los pequeños y medianos productores de Buenos Aires-continuo Piemonte-tenían la esperanza de que el gobernador se pusiera al frente de sus justos reclamos. Luego de una tibia insinuación, de mostrarse como canal de negociación, fue mandado a hacer silencio por la Presidenta Kirchner”.
Para finalizar el dirigente del ARI señaló que hoy “los bonaerenses se preguntan ¿dónde está Scioli? y la respuesta es que en vez de estar al frente de la gobernación de la provincia más grande de La Argentina, y donde el conflicto se expresa en más de 70 cortes de ruta, él está sólo cumpliendo órdenes del matrimonio Kirchner”
Prensa: Gerardo López (011) 15 5228 1256
_____________________________________________________________________________
Visite la página web oficial del Partido ARI Provincia de Bs. As. http://www.aripba.org.ar/
El presidente del ARI de la provincia de Buenos Aires, diputado Horacio Piemonte dijo sentir una “profunda decepción” ver al gobernador Scioli subordinarse al Gobierno Nacional.
“Los pequeños y medianos productores de Buenos Aires-continuo Piemonte-tenían la esperanza de que el gobernador se pusiera al frente de sus justos reclamos. Luego de una tibia insinuación, de mostrarse como canal de negociación, fue mandado a hacer silencio por la Presidenta Kirchner”.
Para finalizar el dirigente del ARI señaló que hoy “los bonaerenses se preguntan ¿dónde está Scioli? y la respuesta es que en vez de estar al frente de la gobernación de la provincia más grande de La Argentina, y donde el conflicto se expresa en más de 70 cortes de ruta, él está sólo cumpliendo órdenes del matrimonio Kirchner”
Prensa: Gerardo López (011) 15 5228 1256
_____________________________________________________________________________
Visite la página web oficial del Partido ARI Provincia de Bs. As. http://www.aripba.org.ar/
at. Luis Fernando Azamor
Teatro: Carlos Gorostiza
martes, 01 de abril de 2008 03:21:16 p.m.
El de anteojos es mi primito, Leonardo Azamor. Esta noche ( martes 1) actúa para Canal 7, a las 22 hs.
Si no tienen nada que hacer, pueden mirar y después me putean a mí si no les gusta.
La última obra teatral
escrita por Carlos Gorostiza
“EL ALMA DE PAPÁ”
Las relaciones familiares entre madre, padre e hijo.
El peso del conflicto está en esas palabras que nunca se dijeron… o nunca se escucharon.
La incomunicación está armada a partir de silencios no comprendidos, de miradas ausentes,
de momentos no compartidos que contribuyeron a forjar el distanciamiento.
Es la muerte de su padre la que obliga a Raulito a esperar una respuesta de él,
a pretender escuchar aquellas palabras ausentes y que ahora le resultan imprescindibles
para que pueda continuar su vida en paz, reconciliado con sus progenitores y con su propia historia.
JORGE RIVERA LOPEZ CATALINA SPERONI
PABLO MACHADO LEONARDO AZAMOR
Dirección: Jorge Graciosi
Ficha Técnica:
Diseño de Iluminación: Lautaro
Diseño de Escenografía y Vestuario: Ana Sellan
Realizador de Escenografía: Ariel Vaccaro
Música original y efectos: Malena Graciosi
Arreglos Musicales: Julián Solarz
Prensa: Alicia Accinelli
Fotografías: Gianni Mestichelli
Asistente de Dirección: Rubén Sibilia
Teatro del Pueblo
ESTRENO 5 DE ABRIL
Sábados 21:00 hs. – Domingos 20:00 hs.
Av. Roque S. Peña 943 Capital Federal
Localidades $ 25 Estudiantes y Jubilados $ 15 Reservas al 4326-
martes, 01 de abril de 2008 03:21:16 p.m.
El de anteojos es mi primito, Leonardo Azamor. Esta noche ( martes 1) actúa para Canal 7, a las 22 hs.
Si no tienen nada que hacer, pueden mirar y después me putean a mí si no les gusta.
La última obra teatral
escrita por Carlos Gorostiza
“EL ALMA DE PAPÁ”
Las relaciones familiares entre madre, padre e hijo.
El peso del conflicto está en esas palabras que nunca se dijeron… o nunca se escucharon.
La incomunicación está armada a partir de silencios no comprendidos, de miradas ausentes,
de momentos no compartidos que contribuyeron a forjar el distanciamiento.
Es la muerte de su padre la que obliga a Raulito a esperar una respuesta de él,
a pretender escuchar aquellas palabras ausentes y que ahora le resultan imprescindibles
para que pueda continuar su vida en paz, reconciliado con sus progenitores y con su propia historia.
JORGE RIVERA LOPEZ CATALINA SPERONI
PABLO MACHADO LEONARDO AZAMOR
Dirección: Jorge Graciosi
Ficha Técnica:
Diseño de Iluminación: Lautaro
Diseño de Escenografía y Vestuario: Ana Sellan
Realizador de Escenografía: Ariel Vaccaro
Música original y efectos: Malena Graciosi
Arreglos Musicales: Julián Solarz
Prensa: Alicia Accinelli
Fotografías: Gianni Mestichelli
Asistente de Dirección: Rubén Sibilia
Teatro del Pueblo
ESTRENO 5 DE ABRIL
Sábados 21:00 hs. – Domingos 20:00 hs.
Av. Roque S. Peña 943 Capital Federal
Localidades $ 25 Estudiantes y Jubilados $ 15 Reservas al 4326-
At Jorge Salvador Vadacchino
“LA VERDAD ES LA UNICA REALIDAD”
TODOS TIENEN UN POCO DE RAZON PERO EL QUE DEBERIA EQUILIBRAR LAS COSAS Y PONERLAS EN SU LUGAR ES ESTE DESGOBIERNO NACIONAL QUE NO QUIERE, QUE NO SABE Y QUE POR ENDE NO PUEDE CONDUCIR NI ADMINISTRAR CON MAYUSCULAS. (SE DEBEN SUMAR A LA MISMA INEPTITUD LOS GOBIERNOS PROVINCIALES E INTENDENCIAS CON SENADORES, DIPUTADOS Y CONSEJALES QUE "NO EXISTEN" Y JUECES QUE NO PAGAN IMPUESTOS NI HACEN JUSTICIA)
Por Dr. Raúl A. Montenegro, Biólogo. Premio Nóbel Alternativo (Estocolmo, Suecia) Presidente de FUNAM. Profesor Titular de Biología Evolutiva en la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina).
Qué duro es sentirse minoría en un país de falsas mayorías. Qué duro es ver que el gobierno nacional y los ruralistas luchan entre sí cuando son cómplices necesarios del país sojero. Qué duro es ver cacerolas relucientes y llenas de soja RR en el asfalto civilizado de Buenos Aires. Que duro es ver las cacerolas renegridas y sin tierra de los campesinos de Santiago del Estero. Que duro es ver a los estudiantes de universidades argentinas con sus carteles de apoyo a los ruralistas en huelga, como si Monsanto y el Che Guevara pudieran darse la mano. Que duro es recordar que esas cacerolas relucientes, esos estudiantes movilizados y esas familias temerosas del desabastecimiento no salieron a la calle cuando los terratenientes de este siglo XXI expulsaron a familias y pueblos enteros para plantar su soja maldita. Qué duro es ver la furia ruralista al amparo de reyes sojeros como el Grupo Grobocopatel. Qué duro es ver el rostro reseco de Doña Juana expulsada, de doña Juana sin tierra, de doña Juana con sus muertos bajo la soja. Qué duro es ver que se cortan las rutas para que China y Europa no dejen de tener soja fresca, y para que Monsanto no deje de vender sus semillas y sus agroquímicos. Qué duro es comprobar, con los dientes apretados, y con el corazón desierto y sin bosques, que nadie habló en nombre de los indígenas expulsados de sus territorios, de sus plantas medicinales, de su cultura y de su tiempo para que la soja y el glifosato sean los nuevos algarrobos y los nuevos duendes del monte. Qué duro es ver con las manos y tocar con los ojos que nadie habló en nombre de los campesinos echados a topadora limpia, a bastonazos y a decisiones judiciales sin justicia para que ingresen el endosulfán, las promotoras de Basf y las palas mecánicas con aire acondicionado. Qué duro es saber que nadie habló en nombre del suelo destruido por la soja y por el cóctel de plaguicidas. Qué duro es comprobar que muchos productores, gobiernos y ciudadanos no saben que los suelos solo son fabricados por los bosques y ambientes nativos, y nunca por los cultivos industriales. Qué duro es saber que para fabricar 2,5 centímetros de suelo en ambientes templados hacen falta de 700 a 1200 años, y que la soja los romperá en mucho menos tiempo. Qué duro es recordar que el 80% de los bosques nativos ya fue destrozado, y que funcionarios y productores no ven o no quieren ver que la única forma de tener un país más sustentable es conservar al mismo tiempo superficies equivalentes de ambientes naturales y de cultivos diversificados. Qué duro es observar cómo se extingue el campesino que convivía con el monte, y cómo lo reemplaza una gran empresa agrícola que empieza irónicamente sus actividades destruyendo ese monte. Qué duro es ver que el monocultivo de la soja refleja el monocultivo de cerebros, la ineptitud de los funcionarios públicos y el silencio de la gente buena. Qué duro es saber que miles de Argentinos están expuestos a las bajas dosis de plaguicidas, y que miles de personas enferman y mueren para que China y Europa puedan alimentar su ganado con soja. Qué duro es saber que las bajas dosis de glifosato, endosulfán, 2,4 D y otros plaguicidas pueden alterar el sistema hormonal de bebés, niños, adolescentes y adultos, y que no sabemos cuántos de ellos enfermaron y murieron por culpa de las bajas dosis porque el estado no hace estudios epidemiológicos. Qué duro es saber que los bosques y ambientes nativos se desmoronan, que las cuencas hídricas donde se fabrica el agua son invadidas por cultivos, y que Argentina está exportando su genocidio sojero a la Amazonia Boliviana. Qué duro es comprobar que las cacerolas relucientes son más fáciles de sacar que las topadoras y el monocultivo. Qué duro es comprobar que en nombre de las exportaciones se violan todos los días, impunemente, los derechos de generaciones de Argentinos que todavía no nacieron. Qué duro es ver las imágenes por televisión, los piquetes y las cacerolas mientras las almas sin tierra de los campesinos y los indígenas no tienen imágenes, ni piquetes, ni cacerolas que los defiendan. Qué duro es comprobar que estas reflexiones escritas a medianoche solo circularán en la casi clandestinidad mientras Monsanto gira sus divisas a Estados Unidos, mientras las topadoras desmontan miles de hectáreas en nuestro chaco semiárido para que rápidamente tengamos 19 millones de hectáreas plantadas con soja, y mientras miles de niños argentinos duermen sin saber que su sangre tiene plaguicidas, y que su país alguna vez tuvo bosques que fabricaban suelo y conservaban agua. Muy cerca de ellos las cacerolas abolladas vuelven a la cocina.
Dr. Raul A. Montenegro, Biologo Presidente de FUNAM Premio Nobel Alternativo 2004 (RLA-Estocolmo, Suecia). Profesor Titular de Biologia Evolutiva, Universidad Nacional de Cordoba (Argentina) Responder a: montenegro@funam.org.ar FUNAM Fundación para la defensa del ambiente Environment Defense Foundation. Casilla de Correo 83 Correo Central, (5000) Córdoba, Argentina. Tel: +54-351-4690282 (Funam) Tel: +54-3543-422236 (home) Fax: +54-3543-422236 Email: funam@funam.org.ar Web: www.funam.org.ar FUNAM es una ONG fundada en 1982. Tiene status consultivo en ECOSOC y CSD (Naciones Unidas, Nueva York). FUNAM es Premio Global 500 de Naciones Unidas (1987). Miembro de RENACE.
Jorge Salvador Vadacchino
TODOS TIENEN UN POCO DE RAZON PERO EL QUE DEBERIA EQUILIBRAR LAS COSAS Y PONERLAS EN SU LUGAR ES ESTE DESGOBIERNO NACIONAL QUE NO QUIERE, QUE NO SABE Y QUE POR ENDE NO PUEDE CONDUCIR NI ADMINISTRAR CON MAYUSCULAS. (SE DEBEN SUMAR A LA MISMA INEPTITUD LOS GOBIERNOS PROVINCIALES E INTENDENCIAS CON SENADORES, DIPUTADOS Y CONSEJALES QUE "NO EXISTEN" Y JUECES QUE NO PAGAN IMPUESTOS NI HACEN JUSTICIA)
Por Dr. Raúl A. Montenegro, Biólogo. Premio Nóbel Alternativo (Estocolmo, Suecia) Presidente de FUNAM. Profesor Titular de Biología Evolutiva en la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina).
Qué duro es sentirse minoría en un país de falsas mayorías. Qué duro es ver que el gobierno nacional y los ruralistas luchan entre sí cuando son cómplices necesarios del país sojero. Qué duro es ver cacerolas relucientes y llenas de soja RR en el asfalto civilizado de Buenos Aires. Que duro es ver las cacerolas renegridas y sin tierra de los campesinos de Santiago del Estero. Que duro es ver a los estudiantes de universidades argentinas con sus carteles de apoyo a los ruralistas en huelga, como si Monsanto y el Che Guevara pudieran darse la mano. Que duro es recordar que esas cacerolas relucientes, esos estudiantes movilizados y esas familias temerosas del desabastecimiento no salieron a la calle cuando los terratenientes de este siglo XXI expulsaron a familias y pueblos enteros para plantar su soja maldita. Qué duro es ver la furia ruralista al amparo de reyes sojeros como el Grupo Grobocopatel. Qué duro es ver el rostro reseco de Doña Juana expulsada, de doña Juana sin tierra, de doña Juana con sus muertos bajo la soja. Qué duro es ver que se cortan las rutas para que China y Europa no dejen de tener soja fresca, y para que Monsanto no deje de vender sus semillas y sus agroquímicos. Qué duro es comprobar, con los dientes apretados, y con el corazón desierto y sin bosques, que nadie habló en nombre de los indígenas expulsados de sus territorios, de sus plantas medicinales, de su cultura y de su tiempo para que la soja y el glifosato sean los nuevos algarrobos y los nuevos duendes del monte. Qué duro es ver con las manos y tocar con los ojos que nadie habló en nombre de los campesinos echados a topadora limpia, a bastonazos y a decisiones judiciales sin justicia para que ingresen el endosulfán, las promotoras de Basf y las palas mecánicas con aire acondicionado. Qué duro es saber que nadie habló en nombre del suelo destruido por la soja y por el cóctel de plaguicidas. Qué duro es comprobar que muchos productores, gobiernos y ciudadanos no saben que los suelos solo son fabricados por los bosques y ambientes nativos, y nunca por los cultivos industriales. Qué duro es saber que para fabricar 2,5 centímetros de suelo en ambientes templados hacen falta de 700 a 1200 años, y que la soja los romperá en mucho menos tiempo. Qué duro es recordar que el 80% de los bosques nativos ya fue destrozado, y que funcionarios y productores no ven o no quieren ver que la única forma de tener un país más sustentable es conservar al mismo tiempo superficies equivalentes de ambientes naturales y de cultivos diversificados. Qué duro es observar cómo se extingue el campesino que convivía con el monte, y cómo lo reemplaza una gran empresa agrícola que empieza irónicamente sus actividades destruyendo ese monte. Qué duro es ver que el monocultivo de la soja refleja el monocultivo de cerebros, la ineptitud de los funcionarios públicos y el silencio de la gente buena. Qué duro es saber que miles de Argentinos están expuestos a las bajas dosis de plaguicidas, y que miles de personas enferman y mueren para que China y Europa puedan alimentar su ganado con soja. Qué duro es saber que las bajas dosis de glifosato, endosulfán, 2,4 D y otros plaguicidas pueden alterar el sistema hormonal de bebés, niños, adolescentes y adultos, y que no sabemos cuántos de ellos enfermaron y murieron por culpa de las bajas dosis porque el estado no hace estudios epidemiológicos. Qué duro es saber que los bosques y ambientes nativos se desmoronan, que las cuencas hídricas donde se fabrica el agua son invadidas por cultivos, y que Argentina está exportando su genocidio sojero a la Amazonia Boliviana. Qué duro es comprobar que las cacerolas relucientes son más fáciles de sacar que las topadoras y el monocultivo. Qué duro es comprobar que en nombre de las exportaciones se violan todos los días, impunemente, los derechos de generaciones de Argentinos que todavía no nacieron. Qué duro es ver las imágenes por televisión, los piquetes y las cacerolas mientras las almas sin tierra de los campesinos y los indígenas no tienen imágenes, ni piquetes, ni cacerolas que los defiendan. Qué duro es comprobar que estas reflexiones escritas a medianoche solo circularán en la casi clandestinidad mientras Monsanto gira sus divisas a Estados Unidos, mientras las topadoras desmontan miles de hectáreas en nuestro chaco semiárido para que rápidamente tengamos 19 millones de hectáreas plantadas con soja, y mientras miles de niños argentinos duermen sin saber que su sangre tiene plaguicidas, y que su país alguna vez tuvo bosques que fabricaban suelo y conservaban agua. Muy cerca de ellos las cacerolas abolladas vuelven a la cocina.
Dr. Raul A. Montenegro, Biologo Presidente de FUNAM Premio Nobel Alternativo 2004 (RLA-Estocolmo, Suecia). Profesor Titular de Biologia Evolutiva, Universidad Nacional de Cordoba (Argentina) Responder a: montenegro@funam.org.ar FUNAM Fundación para la defensa del ambiente Environment Defense Foundation. Casilla de Correo 83 Correo Central, (5000) Córdoba, Argentina. Tel: +54-351-4690282 (Funam) Tel: +54-3543-422236 (home) Fax: +54-3543-422236 Email: funam@funam.org.ar Web: www.funam.org.ar FUNAM es una ONG fundada en 1982. Tiene status consultivo en ECOSOC y CSD (Naciones Unidas, Nueva York). FUNAM es Premio Global 500 de Naciones Unidas (1987). Miembro de RENACE.
Jorge Salvador Vadacchino
at. Inés Nazarre- mensajes de texto- Matheu-ARI-
Me acaban de mandar un mensajito,productores,avisando que en General Villegas prendieron fuego a máquinas y campos matones de Moyano,un polo gris, una Toyota doble cabina blanca y una Ranger.Pasarlo.Otro mensaje de texto: "Estan entrando a los campos, tengan cuidado. Entraron en Cañuelas, le pegaron al puestero y a la mujer. Esto no se puede tolerar" Tercer mensaje: "En Chaco el paro es total. Los productores fueron salvajemente agredidos
lunes, 31 de marzo de 2008
de www.grupodiario.com.ar
EL VIERNES, EN UN EMOTIVO ACTO
Fue elegida la Mujer Escobarense 2008
Tal como fuera anunciado en ediciones anteriores de este matutino, el pasado viernes fue elegida la "Mujer Escobarense 2008". El acto, organizado por la Mesa Redonda Panamericana de Escobar, se realizó en la sede del Centro de Día René Favaloro, ubicado en la calle Sanguinetti 157, en Belén de Escobar. La ceremonia, que contó con una importante presencia de público, dio inicio algunos minutos después de las 19.00. La Mesa Redonda Panamericana de Escobar, (MPRE), había nominado a diez mujeres escobarenses, selectas por su "destacada labor destinada al bien público con un sentido encomiable de solidaridad, respeto y vocación por la paz", como lo han indicado desde la institución. Todas las mujeres nominadas fueron galardonadas con diplomas y ramos de flores. La entrega estuvo acompañada de fuertes aplausos por parte de los presentes. Como "Mujer Escobarense 2008" fue elegida Blanca Rosa Rondinoni, o "Bimba", como también la llaman afectuosamente. Entre las actividades que desarrolló Bimba se señaló que fue profesora, escritora, co-fundadora y presidenta honoraria de la SADE (Sociedad Argentina de Escritores) de Escobar. Blanca Rondinoni se mostró muy emocionada por la distinción obtenida además, aprovechó la ocasión para leer a los presentes un bello poema de su autoría, el cual no tardó en arrancar un cerrado aplauso de la audiencia.
Tal como estuviera programado el acto dio inicio con unas palabras de la presidenta de MPR Escobar, Licenciada Elba Salas; luego, Mariela Claude, integrante de la institución leyó su poema "Ser Panamericana". La Mujer Escobarense 2007, Shimayo Gashu, fue quien tuvo a cargo el encendido de la Luz por la Paz. También se leyó un poema de Aída Holtz.
Carla Leonardi, Directora del Centro de Día René Favaloro y Mujer Distinguida 2007, también leyó un discurso de su autoría, el cual conmovió a muchos de los presentes.
Las Mujeres Distinguidas este año fueron Susana Bengochea, Laura Ferrari, Andrea Miranda, Eva Gioia, Leonor Valdez, Blanca Rosa Rondinoni, Gloria Argenitna Cuevas (quien no pudo asistir al acto por problemas de salud), Elsa Alvarez, Adriana Beatriz Ameri, y Vanina Losano. A cada una de ellas la MPR Escobar le osequió un diploma y un bello ramo de flores.
En la segunda parte del acto se le entregó un recordatorio al presidente de la Asociación Belgraniana de Escobar, Prof. Rubén Benvenuto. También se homenajeó a Manuel Belgrano por su preocupación por la educación de la mujer y al reconocido Dr. argentino René Favaloro.
Terminada la parte protocolar del homenaje los presentes pudieron disfrutar del monólogo "Ana Bolena" interpretado por Fernanda González, alumna del taller de teatro de la profesora Graziella Sureda. Por último, actuó el Ballet Municipal con Proyección Universal a cargo de la Prof. Emilia Martina Occhipinti.
Carta a Cristina Fernádez de Kirchner- At. Miriam Tatángelo
Cristina (Fernández), mucho gusto. Mi nombre es Fernando Peña, soy actor, tengo 45 años y soy uruguayo. Peco de inocente si pienso que usted no me conoce, pero como realmente no lo sé, porque no me cabe duda que debe estar muy ocupada últimamente trabajando para que este país salga adelante, cometo la formalidad de presentarme.
Siempre pienso lo difícil que debe ser manejar un país... Yo seguramente trabajo menos de la mitad que usted y a veces me encuentro aturdido por el estrés y los problemas. Tengo un puñado de empleados, todos me facturan y yo pago IVA, le aclaro por las dudas, y eso a veces no me deja dormir porque ellos están a mi cargo. ¡Me imagino usted! Tantos millones de personas a su cargo, ¡qué lío, qué hastío! La verdad es que no me gustaría estar en sus zapatos. Aunque le confieso que me encanta travestirme, amo los tacos y algunos de sus zapatos son hermosísimos. La felicito por su gusto al vestirse.
Mi vida transcurre de una manera bastante normal: trabajo en una radio de siete a diez de la mañana, después generalmente duermo hasta la una y almuerzo en mi casa. Tengo una empleada llamada María, que está conmigo hace quince años y me cocina casero y riquísimo, aunque veces por cuestiones laborales almuerzo afuera. Algunos días se me hacen más pesados porque tengo notas gráficas o televisivas o ensayos, pruebas de ropa, estudio el guión o preparo el programa para el día siguiente, pero por lo general no tengo una vida demasiado agitada
Mi celular suena mucho menos que el suyo, y todavía por suerte tengo uno solo. Pero le quiero contar algo que ocurrió el miércoles pasado. Es que desde entonces mi celular no deja de sonar: Telefe, Canal 13, Canal 26, diarios, revistas, Télam… De pronto todos quieren hablar conmigo. Siempre quieren hablar conmigo cuando soy nota, y soy nota cuando me pasa algo feo, algo malo. Cuando estoy por estrenar una obra de teatro –mañana (por este domingo), por ejemplo– nadie llama. Para eso nadie llama. Llaman cuando estoy por morirme, cuando hago algún “escándalo” o, en este caso, cuando fui palangana para los vómitos de Luis D’Elía. Es que D’Elía se siente mal. Se siente mal porque no es coherente, se siente mal porque no tiene paz. Alguien que verbaliza que quiere matar a todos los blancos, a todos los rubios, a todos los que viven donde él no vive, a todos lo que tienen plata, no puede tener paz, o tiene la paz de Josef Mengele.
Le cuento que todo empezó cuando llamé a la casa de D’Elía el miércoles porque quería hablar tranquilo con él por los episodios del martes: el golpe que le pegó a un señor en la plaza. Me atendió su hijo, aparentemente Luis no estaba. Le pregunté sencillamente qué le había parecido lo que pasó. Balbuceó cosas sin contenido ni compromiso y cortó.
Al día siguiente insistí, ya que me parecía justo que se descargara el propio Luis. Me saludó con un “¿qué hacés, sorete?” y empezó a descomponerse y a vomitar, pobre Luis, no paraba de vomitar. ¡Vomitó tanto que pensé que se iba a morir! Estaba realmente muy mal, muy descompuesto. Le quise recordar el día en el que en el cine Metro, cuando Jorge Lanata presentó su película Deuda, él me quiso dar la mano y fui yo quien se negó. Me negué, Cristina, porque yo no le doy la mano a gente que no está bien parada, no es mi estilo. Para mí, no estar bien parado es no ser consecuente, no ser fiel.
Acepto contradicciones, acepto enojos, peleas, puteadas, pero no tolero a las personas que se cruzan de vereda por algunos pesos. No comparto las ganas de matar. El odio profundo y arraigado tampoco. Las ganas de desunir, de embarullar y de confundir a la gente tampoco. Cuando me cortó diciéndome: “Chau, querido…”, enseguida empezaron los llamados, primero de mis amigos que me advertían que me iban a mandar a matar, que yo estaba loco, que cómo me iba a meter con ese tipo que está tan cerca de los Kirchner, que D’Elía tiene muuuucho poder, que es tremendamente peligroso. Entonces, por las dudas, hablé con mi abogado. ¡Mi abogado me contestó que no había nada que hacer porque el jefe de D’Elía es el ministro del Interior (Florencio Randazzo)! Entonces sentí un poco de miedo. ¿Es así Cristina? Tranquilíceme y dígame que no, que Luis no trabaja para usted o para algún ministro. Pero, aún siendo así, mi miedo no es que D’Elía me mate, Cristina; mi miedo se basa en que lo anterior sea verdad. ¿Puede ser verdad que este hombre esté empleado para reprimir y contramarchar? ¿Para patotear? ¿Puede ser verdad? Ese es mi verdadero miedo. De todos modos lo dudo.
Yo soy actor, no político ni periodista, y a veces, aunque no parezca, soy bastante ingenuo y estoy bastante desinformado. Toda la gente que me rodea, incluidos mis oyentes, que no son pocos, me dicen que sí, que es así. Eso me aterra. Vivir en un país de locos, de incoherentes, de patoteros. Me aterra estar en manos de retorcidos maquiavélicos que callan a los que opinamos diferente. Me aterra el subdesarrollo intelectual, el manejo sucio, la falta de democracia, eso me aterra Cristina. De todos modos, le repito, lo dudo.
Pero por las dudas le pido que tenga usted mucho cuidado con este señor que odia a los que tienen plata, a los que tienen auto, a los blancos, a los que viven en zona norte. Cuídese usted también, le pido por favor, usted tiene plata, es blanca, tiene auto y vive en Olivos. A ver si este señor cambia de idea, como es su costumbre, y se le viene encima. Yo que usted me alejaría de él, no lo tendría sentado atrás en sus actos, ni me reuniría tan seguido con él.
De todas maneras, usted sabe lo que hace, no tengo dudas. No pierdo las esperanzas, quiero creer que vivo en un país serio, donde se respeta al ciudadano y no se lo corre con otros ciudadanos a sueldo; quiero creer que el dinero se está usando bien, que lo del campo se va a solucionar, que podré volver a ir a Córdoba, a Entre Ríos, a cualquier provincia en auto, en avión, a mi país, el Uruguay… por tierra algún día también.
Quiero creer que pronto la Argentina, además de los cuatro climas, Juan Manuel Fangio, Diego Maradona y Carlos Monzón, va a ser una tierra fértil, el granero del mundo que alguna vez supo ser, que funcionará todo como corresponde, que se podrá sacar un DNI y un pasaporte en menos de un mes, que tendremos una policía seria y responsable, que habrá educación, salud, piripipí piripipí piripipí, y todo lo que usted ya sabe que necesita un país serio.
No me cabe duda de que usted lo logrará. También quiero creer que la gente, incluso mis oyentes, hablan pavadas y que Luis D’Elía es un señor apasionado, sanguíneo, al que a veces, como dijo en C5N, se le suelta la cadena. Esa nota la vio, ¿no? Quiero creer, Cristina, que Luis es solamente un loco lindo que a veces se va de boca como todos. Quiero creer que es tan justiciero que en su afán por imponer justicia social se desborda y se desboca. Quiero creer que nunca va a matar a alguien y que es un buen hombre. Quiero creer que ni usted ni nadie le pagan un centavo. Quiero creer que usted le perdona todo porque le tiene estima. Quiero creer que somos latinos y por eso un tanto irreverentes, a veces también agresivos y autoritarios. Quiero creer que D’Elía no me odia y que, la próxima vez que me lo cruce en un cine o donde sea, me haya demostrado que es un hombre coherente, trabajador decente con sueldo en blanco y buenas intenciones.
Cuando todo eso suceda, le daré la mano a D’Elía y gritaré: “Viva Cristina”… Cuántas ganas tengo de que todo eso suceda. ¿Estaré pecando de inocente e ingenuo otra vez? Espero que no.
La saluda cordialmente,
Fernando Peña
Siempre pienso lo difícil que debe ser manejar un país... Yo seguramente trabajo menos de la mitad que usted y a veces me encuentro aturdido por el estrés y los problemas. Tengo un puñado de empleados, todos me facturan y yo pago IVA, le aclaro por las dudas, y eso a veces no me deja dormir porque ellos están a mi cargo. ¡Me imagino usted! Tantos millones de personas a su cargo, ¡qué lío, qué hastío! La verdad es que no me gustaría estar en sus zapatos. Aunque le confieso que me encanta travestirme, amo los tacos y algunos de sus zapatos son hermosísimos. La felicito por su gusto al vestirse.
Mi vida transcurre de una manera bastante normal: trabajo en una radio de siete a diez de la mañana, después generalmente duermo hasta la una y almuerzo en mi casa. Tengo una empleada llamada María, que está conmigo hace quince años y me cocina casero y riquísimo, aunque veces por cuestiones laborales almuerzo afuera. Algunos días se me hacen más pesados porque tengo notas gráficas o televisivas o ensayos, pruebas de ropa, estudio el guión o preparo el programa para el día siguiente, pero por lo general no tengo una vida demasiado agitada
Mi celular suena mucho menos que el suyo, y todavía por suerte tengo uno solo. Pero le quiero contar algo que ocurrió el miércoles pasado. Es que desde entonces mi celular no deja de sonar: Telefe, Canal 13, Canal 26, diarios, revistas, Télam… De pronto todos quieren hablar conmigo. Siempre quieren hablar conmigo cuando soy nota, y soy nota cuando me pasa algo feo, algo malo. Cuando estoy por estrenar una obra de teatro –mañana (por este domingo), por ejemplo– nadie llama. Para eso nadie llama. Llaman cuando estoy por morirme, cuando hago algún “escándalo” o, en este caso, cuando fui palangana para los vómitos de Luis D’Elía. Es que D’Elía se siente mal. Se siente mal porque no es coherente, se siente mal porque no tiene paz. Alguien que verbaliza que quiere matar a todos los blancos, a todos los rubios, a todos los que viven donde él no vive, a todos lo que tienen plata, no puede tener paz, o tiene la paz de Josef Mengele.
Le cuento que todo empezó cuando llamé a la casa de D’Elía el miércoles porque quería hablar tranquilo con él por los episodios del martes: el golpe que le pegó a un señor en la plaza. Me atendió su hijo, aparentemente Luis no estaba. Le pregunté sencillamente qué le había parecido lo que pasó. Balbuceó cosas sin contenido ni compromiso y cortó.
Al día siguiente insistí, ya que me parecía justo que se descargara el propio Luis. Me saludó con un “¿qué hacés, sorete?” y empezó a descomponerse y a vomitar, pobre Luis, no paraba de vomitar. ¡Vomitó tanto que pensé que se iba a morir! Estaba realmente muy mal, muy descompuesto. Le quise recordar el día en el que en el cine Metro, cuando Jorge Lanata presentó su película Deuda, él me quiso dar la mano y fui yo quien se negó. Me negué, Cristina, porque yo no le doy la mano a gente que no está bien parada, no es mi estilo. Para mí, no estar bien parado es no ser consecuente, no ser fiel.
Acepto contradicciones, acepto enojos, peleas, puteadas, pero no tolero a las personas que se cruzan de vereda por algunos pesos. No comparto las ganas de matar. El odio profundo y arraigado tampoco. Las ganas de desunir, de embarullar y de confundir a la gente tampoco. Cuando me cortó diciéndome: “Chau, querido…”, enseguida empezaron los llamados, primero de mis amigos que me advertían que me iban a mandar a matar, que yo estaba loco, que cómo me iba a meter con ese tipo que está tan cerca de los Kirchner, que D’Elía tiene muuuucho poder, que es tremendamente peligroso. Entonces, por las dudas, hablé con mi abogado. ¡Mi abogado me contestó que no había nada que hacer porque el jefe de D’Elía es el ministro del Interior (Florencio Randazzo)! Entonces sentí un poco de miedo. ¿Es así Cristina? Tranquilíceme y dígame que no, que Luis no trabaja para usted o para algún ministro. Pero, aún siendo así, mi miedo no es que D’Elía me mate, Cristina; mi miedo se basa en que lo anterior sea verdad. ¿Puede ser verdad que este hombre esté empleado para reprimir y contramarchar? ¿Para patotear? ¿Puede ser verdad? Ese es mi verdadero miedo. De todos modos lo dudo.
Yo soy actor, no político ni periodista, y a veces, aunque no parezca, soy bastante ingenuo y estoy bastante desinformado. Toda la gente que me rodea, incluidos mis oyentes, que no son pocos, me dicen que sí, que es así. Eso me aterra. Vivir en un país de locos, de incoherentes, de patoteros. Me aterra estar en manos de retorcidos maquiavélicos que callan a los que opinamos diferente. Me aterra el subdesarrollo intelectual, el manejo sucio, la falta de democracia, eso me aterra Cristina. De todos modos, le repito, lo dudo.
Pero por las dudas le pido que tenga usted mucho cuidado con este señor que odia a los que tienen plata, a los que tienen auto, a los blancos, a los que viven en zona norte. Cuídese usted también, le pido por favor, usted tiene plata, es blanca, tiene auto y vive en Olivos. A ver si este señor cambia de idea, como es su costumbre, y se le viene encima. Yo que usted me alejaría de él, no lo tendría sentado atrás en sus actos, ni me reuniría tan seguido con él.
De todas maneras, usted sabe lo que hace, no tengo dudas. No pierdo las esperanzas, quiero creer que vivo en un país serio, donde se respeta al ciudadano y no se lo corre con otros ciudadanos a sueldo; quiero creer que el dinero se está usando bien, que lo del campo se va a solucionar, que podré volver a ir a Córdoba, a Entre Ríos, a cualquier provincia en auto, en avión, a mi país, el Uruguay… por tierra algún día también.
Quiero creer que pronto la Argentina, además de los cuatro climas, Juan Manuel Fangio, Diego Maradona y Carlos Monzón, va a ser una tierra fértil, el granero del mundo que alguna vez supo ser, que funcionará todo como corresponde, que se podrá sacar un DNI y un pasaporte en menos de un mes, que tendremos una policía seria y responsable, que habrá educación, salud, piripipí piripipí piripipí, y todo lo que usted ya sabe que necesita un país serio.
No me cabe duda de que usted lo logrará. También quiero creer que la gente, incluso mis oyentes, hablan pavadas y que Luis D’Elía es un señor apasionado, sanguíneo, al que a veces, como dijo en C5N, se le suelta la cadena. Esa nota la vio, ¿no? Quiero creer, Cristina, que Luis es solamente un loco lindo que a veces se va de boca como todos. Quiero creer que es tan justiciero que en su afán por imponer justicia social se desborda y se desboca. Quiero creer que nunca va a matar a alguien y que es un buen hombre. Quiero creer que ni usted ni nadie le pagan un centavo. Quiero creer que usted le perdona todo porque le tiene estima. Quiero creer que somos latinos y por eso un tanto irreverentes, a veces también agresivos y autoritarios. Quiero creer que D’Elía no me odia y que, la próxima vez que me lo cruce en un cine o donde sea, me haya demostrado que es un hombre coherente, trabajador decente con sueldo en blanco y buenas intenciones.
Cuando todo eso suceda, le daré la mano a D’Elía y gritaré: “Viva Cristina”… Cuántas ganas tengo de que todo eso suceda. ¿Estaré pecando de inocente e ingenuo otra vez? Espero que no.
La saluda cordialmente,
Fernando Peña
Suscribirse a:
Entradas (Atom)