viernes, 24 de julio de 2009

at. luis Daniel Zuluaga

La pobreza se está extendiendo a todo el territorio nacional e incluso en Gualeguaychú ya tiene niveles de alarma social. Y en el medio hay conceptos distorsionados. Por ejemplo, para comprar cigarrillos existe un IVA diferenciado del 7 por ciento, pero para comprar leche, pan y manteca se debe pagar 21 por ciento por el mismo impuesto. Eso no es todo: ejemplos mínimos se pueden citar por doquier. En Gualeguaychú se festeja graciosamente que las familias más desposeídas paguen la luz del Corsódromo que se consume durante el Carnaval, sin recibir nada a cambio dado que la entrada de la noche popular sigue siendo prohibitiva para esas economías familiares. Una inequidad que nadie se atreve a transformar en justicia social.Jefes de familia con salarios necesitan de la asistencia del Estado, dato que refleja la cruda realidad que los niveles salariales están muy por debajo de elementales garantías para una vida digna y con calidad. Ni qué hablar de aquellos que tienen su economía en negro o carecen de obra social o los que viven de “changas”.La existencia de la pobreza debería hacer tomar conciencia de que ha fracasado una forma de gobernar. Es un insulto a la inteligencia hablar de distribución de la riqueza cuando el modelo sólo está produciendo pobreza.
Diario El Argentino
Sección Buen Día
Gualeguaychú
Jueves 23 de Julio
República Argentina

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