sábado, 19 de abril de 2008

at. Jorge S. Vadacchino

ANTES DE CADA COMBATE SIEMPRE SE LANZAN
"CORTINAS DE HUMO" PARA DISTRAER LA VERDADERA MANIOBRA.

¡QUE COINCIDENCIA!
Por mi trabajo, entre otras cosas trabajo en la Isla Talavera , conozco muy bien el manejo de los pastizales de islas, y, por supuesto las constantes ambientales de las mismas.
Normalmente, para esta época procedemos al quemado de pastos, pajas y material leñoso que el vacuno no ingiere en el proceso de engorde primavera-verano.

Siempre que hemos hecho este trabajo, que por lo demás debe hacerse ayudado por gente de isla que conoce bien como llevarlo acabo, hemos sido concientes que durante dos o tres días las poblaciones aledañas al Paraná sufren las consecuencias – humo, hollín, olores – de este mejoramiento del pastizal. Pero nunca han sido de tal persistencia ni magnitud.
El hombre de isla sabe que un incendio de éste tipo cuando se desborda pone en peligro no solo a la fauna de las islas que es de lo que el vive y a las reservas forrajeras necesarias para sus animales sino que también él puede sufrir las consecuencias cuando este método – la quema de pastizales – se desmadra.
Por eso es menester aclarar ciertas cosas antes de seguir con este tema.
Sé que a mediados de marzo, las municipalidades de los partidos bonaerenses ribereños y la ciudades entrerrianas de Victoria y Gualeguay pusieron especial énfasis en informar y pedir a los isleños, propietarios y arrendatarios de islas que, dada la persistente sequía que afecta al sur de Entre Ríos y norte de Bs. As., que se abstuvieran de quemar pastizales, e inclusive mantuvieron reuniones con los principales propietarios y/o arrendatarios donde estos se comprometieron a no quemar pastizales.
De igual manera, los que trabajamos en las islas en soporte técnico y asesoramiento de productores (no hay que olvidar que entre otras cosas estas islas poseen importantes forestaciones éramos concientes que un incendio salido de control afectaría años de trabajo forestal por lo que se logró un consenso entre los productores de no quemar pastizales hasta que no se supiera si se podían esperar lluvias de otoño que son el control natural de la quema
de pastizales.
El INTA informó a los productores que, dado el nivel de sequía imperante una quemazón de paja y restos leñosos sería de tal magnitud que se verían afectados los pastos de invierno.
Por informaciones de isleños, y personal de explotaciones de la zona, a partir de la primera semana de abril se empezó a ver movimiento de personas extrañas al paraje.
Hasta el día 8 de abril que un peón me informó que cerca de la costa había una lancha civil con gente desconocida.
Cuando me apersoné al lugar uno de ellos se me presentó diciendo que era Gómez o algo así, (el nombre no lo recuerdo exactamente) y que traía unos amigos para pescar y si era posible que allí lo hicieran.
Todo esto me resultó muy sorpresivo ya que yo ubicaba al individuo ese como un Subprefecto de la zona de San Pedro de apellido Guglielmo o Guglielmone y a otro, civil, – ignoro su nombre – que en agosto del año pasado se me había acercado para preguntar por la dirección del propietario o arrendatario del predio ya que quería pedirle una colaboración para la campaña electoral del Frente para la Victoria , pero al no tener nada que sospechar los autoricé a que, en la medida que no se adentraran en la isla podían pescar donde quisieran.
Esa misma noche empezaron los incendios, y supuse que (por estúpidos) algún grupo de irresponsables que después de un asado no tomaron las medidas pertinentes para evitar semejante problema, pero empleados nuestros que llegaron al lugar me trajeron restos de cubiertas y dos bidones retorcidos por el calor, lo que daba indicios de intencionalidad.
Para finalizar, al día siguiente me presenté a Prefectura de Zárate para informar del incendio y que teníamos problemas para apagarlo con nuestros medios. Pero no quisieron tomarme la denuncia de lo que había pasado. Así las cosas, durante tres días no tuvimos ningún tipo de apoyo para extinguir el fuego que se extendió a las forestaciones y al resto de la isla. También concurrí a la Policía de la Provincia de Buenos Aires, también en Zárate, para presentar mi denuncia pero tampoco la misma no fue tomada con el pretexto, igual al de Prefectura, que «un incendio en esta época es cosa común».
De aquí en más, lo que sigue es una historia conocida. Pero descarto, por lo antedicho, de cualquier responsabilidad de este desastre a isleños, propietarios y personal de las explotaciones de las islas.

Cabe preguntarse, lo siguiente:

¿Por que había orden de Aníbal Fernández de no tomar denuncias sobre la quema de campos?

Si los isleños se habían puesto de acuerdo, en reuniones que habían tenido lugar en marzo una de las cuales fue organizada por el Ministerio de Asuntos Agrarios, para no quemar pastizales ¿Por que habrían cambiado de opinión?

¿Por que el subprefecto, cuyo verdadero nombre es Vicente Guglielmi fué trasladado a Misiones el 11 de abril del corriente si recién se había hecho cargo de su puesto el 11 de febrero, también de este año?
ALGO HUELE A PODRIDO EN ARGENTINA Y NO ES LA HUMAREDA QUE HABRÍA PROVOCADO EL EMPERADOR NERÓN Y LA NEURÓTICA QUE SE HAN APROPIADO DEL PAÍS.

JUAN BENITO MATTEAUDA
Ingeniero Agrónomo y Forestal
D.N.I.: 17.035.052


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